En el fresnedal de la vega del Regato, en el monte del Real de San Pedro de Ceque, ya no se escuchan lamentos, porque a la mayoría de sus árboles centenarios no se les permite llorar, su savia ha llegado a extinguirse quedando como testigos solo la mitad del medio millar de ejemplares. La culpa de todo ello la tiene la falta de humedad en esta zona ribereña del Regato, ese bravo arroyo que se nutre de corrientes y escorrentías desde el término de Peque de la Carballeda, de Justel, de Valtorno, de Cubo, y desde Uña de Quintana deja de llamarse río de la Vega, para atravesar el Monte Utilidad Pública del Real de San Pedro de Ceque con una superficie de 900 hectáreas y seguir su curso aguas abajo hasta desembocar en el río Tera en Camarzana.

El Ayuntamiento de San Pedro de Ceque quiere poner freno a esta sangría que vienen padeciendo los fresnos desde hace 35 años coincidiendo con la bajada de nivel de la capa freática de sus aguas debido al dragado realizado entonces. El Consistorio, y no pocos vecinos demandan que debido al alto valor paisajístico de esta zona, se busque una solución para poder dejar a las generaciones futuras una buena parte de estos árboles singulares que compiten con los más próximos enclavados en la zona más elevada, la del Real Alto, los de las encinas centenarias. San Pedro de Ceque demanda ante la Confederación Hidrográfica la construcción de dos azudes o pequeñas presas en el cauce del Regato con objeto que la superficie de 70 hectáreas de vega, a ambos márgenes, disponga de la humedad suficiente para que los fresnos sobrevivan. Se trataría de recuperar esta zona de alto valor paisajístico, como apunta el alcalde, Jesús Fuentes, un gran conocedor de este terreno entre el actual y antiguo cauce del Regato dominado por una serie de pozos en su lecho y que hasta hace cuatro décadas el agua fluía durante todo el año. Incluso en la época estival, algunos de estos pozos eran buen ejemplo de aguas limpias hasta 2 metros de profundidad como el apodado "pozos claros" donde se venían a bañar jóvenes y adolescentes o los de "el Pedrón", "la Nutria", "las Barranqueras" y "la Tabla".

La construcción de azudes permitiría volver a convertir en humedal esta vega del Real junto al Regato, y los fresnos reverdecer a pesar de su ya longeva vida coetánea con los también antiguos robles o las encinas centenarias.