La cosecha de pimiento morrón, el producto que ampara la Indicación Geográfica Protegida de los Valles de Benavente y Fresno de la Ribera, no está siendo buena. Más que cualquier otro tipo de pimiento, el morrón es un producto "sensible y delicado" y este año las altas temperaturas y luego la lluvia han diezmado la producción, según explica el presidente de la Asociación de la Huerta de Benavente-Los Valles (AHURVABE), Luis Alberto Gandarillas.

"Más de 30 grados lo reseca y luego la lluvia lo ha terminado de estropear. Hay mucho pimiento seco, rajado y podrido en las plantaciones", añade.

El testimonio del presidente de Ahurvabe es el mismo que repiten los horticultores de la valle del Tera, en el epicentro de la producción, como si fuera un mantra. A nadie le ha ido mejor con el tiempo que ha habido. En Micereces y en Aguilar la información es precisa: más del 50% de la cosecha se ha perdido debido a este verano caluroso que ha concluido pasado por agua tras registrar temperaturas récord. El único consuelo que les queda a los productores es que el pimiento que ha resistido, el que ya ha sido recogido o será cosechado en las dos próximas semanas, será de calidad.

Con todo la producción dista mucho de ser la normal o la deseada. Se estima que en la primera semana de venta, la pasada, se habrán distribuido ya unos 30.000 kilos. Esta será la cantidad que también se venderá el jueves y los tres días de la Feria del Pimiento en la Plaza Mayor de Benavente, y posiblemente será también la cantidad que se distribuya hasta la primera semana del mes de octubre. En condiciones normales la cantidad de pimiento puesto a la venta sería el doble. Algunos años de vacas gordas, con el tiempo en su punto para dar al producto la luz y la temperatura adecuadas, se han llegado vender 100.000 kilos por semana, pero han sido en años excepcionales.

Aunque todo dependerá de como termine la cosecha, en la que ahora mismo están enfrascados los horticultores, hoy por hoy la pérdida estimada por planta es superior a los 300 gramos en muchos casos.

"La producción es cada vez más baja", indica Gandarillas. Tal y como ha venido el año, muchos productores no estarán en la feria. Es difícil, según precisa el presidente de la asociación, saber cuántos acudirán, pero unos cuantos productores de pimientos se quedarán en casa, cree. No obstante, habrá puestos de fruta y otras hortalizas, como otros años.

El pimiento morrón se siembra finales de mayo y requiere cuatro meses de trabajo hasta la recolección. Una hectárea sembrada de pimiento morrón tiene unos costes "de entre 7.000 u 8.000 euros más la mano de obra, y cuando el tiempo viene así, como h a venido este año, no resulta rentable. En esta feria habrá menos producto", advierte.

Un pariente del morrón, la guindilla de los Valles, tampoco tendrá excesiva presencia. "Se tarda mucho en cortar y llenar una caja de guindillas para cobrará a dos euros o a 2,5. La gente luego considera que es cara y no valora el trabajo que lleva".

Esta edición ferial, como las anteriores, se mantendrán los precios. Los productores se reunieron para valorar una posible subida del precio del kilo, pero finalmente se decidió mantener el coste que impera desde hace años: 1,50 euros/kilo para el morrón de primera y 0,80 euros para el de segunda. "Creímos que tal y como está la cosa no merecía la pena subir el precio 20 o 30 céntimos".

En el Valle del Tera, pero también en parte de Vidriales y en otros puntos, como en San Cristóbal, junto a la ribera del Esla, los horticultores se afanan en completar la recolección. Muchos de ellos verán compensadas las pérdidas provocadas por el clima con los seguros agrarios. "No lo pagan todo pero al menos podremos recuperar una parte", explica un productor.