La Guardia Civil se vio obligada a reducir al joven que se atrincheró el martes en su casa de Morales de Rey amenazando con quitarse la vida con un arma corta, según confirmó ayer la Oficina Periférica de Comunicación del Instituto Armado.

La Subdelegación del Gobierno emitió un comunicado oficial en el que relata cómo sanitarios del Servicio de Emergencias 112, al tratar de atender al joven, de 21 años, fueron amenazados "con lo que parecía un arma de fuego, no pudiendo hacer un disparo porque un familiar de esta persona logró con sus manos desviar la posible trayectoria". El equipo médico pudo salir del domicilio pero el familiar fue retenido.

Antes de que la Guardia Civil movilizara refuerzos, dos agentes lograron tomar posiciones en el interior del inmueble, "tratando de no ser vistos, para evitar que pudiera hacer daño a terceros o a sí mismo, como parecía ser que era su intención inicial".

El familiar retenido, con ayuda con ayuda de uno de los dos agentes, logró salir de la vivienda y pudo confirmar que el joven tenía un arma corta en la mano con la que le había estado apuntando a la cabeza sin hablar y sin avenirse a razones.

Siempre según el relato oficial del suceso, y ya sin rehenes en el interior, la Guardia Civil reforzó el operativo con fuerzas especiales del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS.) número 6, con base en León, con la intención de llegar a neutralizarle. Mientras los efectivos llegaban a la localidad, y protegidos por fuerzas de la Guardia Civil y vistiendo chalecos antibalas, algunos amigos intentaron disuadirle para que depusiera su actitud, sin que les llegara a hablar. Los amigos confirmaron nuevamente la existencia del arma. Así las cosas y llegados los efectivos especiales, la Guardia Civil diseñó la estrategia para tratar de sacar al joven de la vivienda sin que sufriera ningún daño. Su actuación no fue finalmente necesaria. Alrededor de la una del mediodía el joven se asomó al pasillo de la vivienda y el agente de la Guardia Civil que quedaba dentro, con ayuda de otros efectivos que se encontraban en la puerta protegiendo a los amigos, pudo abalanzarse sobre él e inmovilizarle para tratar de evitar que hiciera uso del arma.

Una vez reducido, el equipo de médico del 112, "no sin pocas dificultades", consiguió sedarlo e iniciar su traslado hasta un centro médico de Zamora. El arma utilizada era un revolver "aparentemente de fogueo pero reconvertida para su uso como arma convencional, con cartuchos de fabricación casera pero de indudable eficacia".

Los agentes no lo encontraron hasta el día de ayer, tras conseguir ayer un mandamiento de entrada y registro del Juzgado de Instrucción en funciones de Guardia de Benavente. Además del arma encontraron el arma y 11 cartuchos, y otros 18 de caza. El revólver fue enviado a los laboratorios de criminología del Instituto Armado para realizar pruebas balísticas.

El joven no tenía licencia de armas, según informó la Subdelegación del Gobierno en el mismo comunicado. Las diligencias fueron puestas a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Benavente.