"¿Para cuándo una escuela municipal de ajedrez?" Era la pregunta planteada al finalizar la Jornada de Fomento de este deporte, celebrada ayer por la mañana en los paseos de La Mota.

La demanda surgía de los padres de los menores que acudieron a la celebración de la actividad y que a pesar de su corta edad se esforzaron al máximo por evitar el "jaque mate" o, al menos, que les comieran el menor número de fichas posibles.

El maestro, Julián Morán, jugó varias partidas simultáneas con los cinco niños que madrugaron en domingo para sentarse frente al tablero, siendo apoyados y en ocasiones ayudados por los propios progenitores.

La recompensa fue un trofeo para todos los participantes y la satisfacción de una mañana en la que su cabeza no cesó de pensar ni un segundo.

Y es que el ajedrez es considerado un deporte que ejercita el intelecto de aquellos que lo practican. Ayuda a ejercitar la memoria, pero también otras capacidades como es la resolución de problemas, la toma de decisiones, el análisis de situaciones o la aceptación de las reglas. Por eso algunos colegios ya lo han incluido en sus aulas, como es el caso del colegio Corazón de María, en Zamora capital, donde se imparte en primero y segundo de Primaria.

El Congreso de los Diputados acordó el pasado mes de febrero implantar este deporte en la escuela de acuerdo a las recomendaciones del Parlamento Europeo, de manera que la actividad podría llegar también a Benavente, de seguir con esta línea.

Morán, gran aficionado del ajedrez y encargado de la escuela municipal que hace años se desarrollaba en la Casa de Cultura La Encomienda, abogaba ayer por recuperar la actividad y planteaba buscar la raíz del problema: "no sé si es que los niños ya no tienen interés en el ajedrez o son los padres que ya no lo dan a conocer a sus hijos".

De cualquier forma, el previsiblemente concejal de Deportes en el Ayuntamiento de Benavente, Fernando Marcos, tomaba nota de la propuesta y se comprometía a trasladar al equipo de Gobierno la idea de buscar un sitio donde poder retomar esas clases, así como estudiar el número de inscritos que haría falta para impartirlas y que las familias interesadas en este deporte encuentren dónde llevar a sus hijos. Todo, con tal de convertir a los jóvenes benaventanos en pequeños Kaspárov, uno de los campeones de ajedrez más conocidos del mundo.