«Nací con la ilusión del arte y moriré así. El día que no pueda trabajar en esto, entonces sí que no valgo para nada», con estas palabras resume su filosofía vital el artista vidrialés Antonino Delgado Núñez. A sus 79 años, Antonino Delgado, abría ayer en la Biblioteca de Santibáñez de Vidriales una exposición de esculturas por él realizadas sobre maderas de negrillo, encina, roble o de pino. La muestra expositiva se viene a prolongar hasta el próximo domingo, durante las ferias y fiestas de esta localidad.

Piezas escultóricas de este artista autodidacta de Villaobispo ya han sido objeto de atención dentro de una muestra conjunta en la Expo de Sevilla, en Zamora capital en la VII Feria de arte, cultura y turismo, o en Benavente en dos ocasiones.

«La ilusión mía, de chavalín era esto, me quedé huérfano de pequeño y empecé a hacer este tipo de trabajos», explica Antonino sus orígenes con los trabajos sobre la madera. Su pesar ha sido siempre no haber podido entrar en una escuela de artes que le ayudaría en su trabajo. Con 12 años de edad fue a Zamora pero «nadie me informó de esta Escuela en la que sí quería entrar», dice con cierta nostalgia. A partir de entonces surgía el desánimo, aunque sólo por un tiempo.

Su familia en Villageriz consiguió ayudar al joven artista quien no dudó en hacer sus propios instrumentos de trabajo en la fragua familiar. Escoplos y gubias para trabajar la madera de los montes cercanos, instrumentos con los que todavía sigue realizando sus obras maestras. Como pequeño agradecimiento Antonino realizó una culata para la escopeta de uno de sus familiares.

De las manos de este joven artista vidrialés, ya habían salido pequeñas obras de arte, como unos muñecos objeto de atención en la muestra expositiva de Santibáñez. Cualquier figura reflejada sobre una estampa o una foto, o en la propia naturaleza, es objeto de atención para el artista. No sólo animales, objetos y utensilios, sino tallas en las que se aprecia el esmerado trabajo reflejado con todo detalle a través de hurgar la madera con sus delicados instrumentos de hierro. Precisamente los escoplos y gubias con los que trabaja fueron objeto de atención hace años en la capital zamorana por varios escultores dudando que sus obras pudieran estar realizadas con ellos.

El simbolismo religioso está parejo con la propia naturaleza en todas las obras de este escultor. Una figura de San Miguel arcángel venciendo al demonio es la delicadeza hecha arte apreciándose un minucioso trabajo no sólo en el porte de la figura sino también en la riqueza de detalles del hábito del guerrero. Caso similar con la reproducción de una talla románica de la Virgen Magdalena. La sobriedad en este caso, es pareja con el trabajo esculpido en la madera. Ni que decir tiene el laborioso trabajo realizado en el grupo escultórico de la Virgen de Fátima y los tres pastorcillos, o el conjunto de la Sagrada Familia. Así, hasta un grupo de obras maestras, tallas y relieves dignas de ser contempladas.

Antonino Delgado Núñez, el artista vidrialés, de Villaobispo, sigue tallando la madera y eso que la vista ya le falla un poco, recientemente tuvo que ser intervenido en un ojo, pero su labor continua, «hasta que pueda». Su ultima obra realizada después de pasar por el quirófano en Semana Santa derrocha energía vital, es todo arte.