Esto es nuevo; y para algunos sorprendente. Pero es justo. El ochenta por ciento de los españoles vivimos en tan solo el quince por ciento del territorio. Es la “España amontonada”, como la define Ángeles Armisen, presidenta de la Diputación de Palencia. Pero siempre que puede, la España amontonada busca descanso, alivio, salud y paz en la España despoblada. Y gratis. Algo así como “cuidadme el jardín con esmero todos los días que me gusta disfrutarlo de tanto en tanto con mis hijos”. Justo es retribuir económicamente esa tarea apoyando a los que se quedan en el mundo rural y mantienen los bosques para que no se quemen y para que produzcan oxígeno, los caminos para poder pasear por ellos, las fuentes abiertas y los pueblos limpios y cuidados.

Formuló esa idea de alguna reversión de la riqueza, políticamente acertada y novedosa, el vicepresidente de Castilla La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, en el Foro Next Educación celebrado en Molina de Aragón el 29 de Abril de 2022. “Estamos en el corazón de la despoblación”, se repitió allí. “Llego desde Galicia que, junto con Zamora, es el corazón del envejecimiento”, saludó Jacobo Rey, responsable de Demografía en la Xunta. Fue un debate de alto nivel en el que se puso de manifiesto que la atención sanitaria suele costar cuatro veces más en las zonas rurales que en las ciudades. Allí, una escuela abierta, exige tres veces más presupuesto por alumno que mantener la escolarización pública en los núcleos urbanos. Aquellos ciudadanos que cuidan del jardín pagan los mismos impuestos que los que viven en la Diagonal de Barcelona, o en la Castellana en Madrid. Solo en Castilla La Mancha, avanzada en esa reflexión y en medidas compensatorias, 90.000 ciudadanos habrán podido tener alguna rebaja fiscal en el tramo autonómico del Impuesto de la Renta, ya desde este año, gracias a la innovadora Ley de la Despoblación aprobada. Otras Comunidades, como Extremadura, le seguirán el paso.

Somos cada vez más globales pero no aceptamos el precio de dejar de ser locales. Apoyar en todos los frentes posibles esa causa es una contribución a amortiguar la profunda desigualdad territorial de España

¿Cómo pedirle a la población mayoritaria de las ciudades que contribuya a sostener el mundo rural, es decir, a la población minoritaria? Pues con una intensa y eficaz campaña de pedagogía. Desde lo público y desde lo privado. Una aportación brillante en ese sentido ha sido formulada por Eurocaja Rural, entidad que agrupa a las antiguas cajas rurales de Castilla La Mancha y que se distingue por abrir sucursales en localidades donde otros competidores cerraron. Gran noticia para esos pueblos y su comarca. Caja Rural de Zamora tiene esa política también. En una publicidad que acaba de aparecer, muy emocional, se dice que “tu pueblo te lo ha dado todo”, invitando a que los originarios, aunque vivan en la ciudad, abran cuenta corriente en su localidad de procedencia. Es una forma de contribución ingeniosa, de mínima reversión de esa riqueza emigrada.

Un ganadero zamorano cierra su explotación, inviable por las políticas de bajos precios en origen. Ana Burrieza

Ese es el camino: innovar con imaginación mientras se ayuda a mantener en los pueblos y en las provincias lo que se tiene. Por ejemplo, los periódicos y otros medios de comunicación. Sobre todo, de medios comprometidos con la despoblación, como es el caso de La Opinión- EL CORREO de Zamora. De igual forma que cuando se cierra el bar en un pueblo se apaga la conversación, la caída de un periódico comarcal o provincial es el anuncio de un funeral. Somos cada vez más globales pero no aceptamos el precio de dejar de ser locales. Apoyar en todos los frentes posibles esa causa es una contribución a amortiguar la profunda desigualdad territorial de España. ”La forma de desigualdad más difícil de combatir y resolver”, advirtió Michael Ignatieff, catedrático en Harvard y fugazmente primer ministro de Canadá.