"De imágenes. Libros y lecturas". La muestra, con trabajos de 29 artistas, que será inaugurada mañana en la Biblioteca Pública del Estado, presenta la re-escritura que traduce el lenguaje y la comunicación humana a través de estampas. De fotografías que van más allá del realismo. La reflexión -con sus variados tratamientos estilísticos y técnicos, porque unos se ponen muy serios y otros se lo toman de otra manera- se convierte, así, en estética. Sobre el libro y el lector, sobre la vida y la cultura escrita. Tiempos.

El texto y la imagen. Aunadas (¿como en aquellas letras capitulares?). Nadie gana, ninguna pierde. Las dos buscan el saber que libera: de tabúes y modorronerías. Y la una recibe de la otra. Las dos fotografían -metáfora o no- existencias. La simbología es diversa: Pío Baroja aplicado a la letra, la vida que ilumina el viejo misal, la joven que lee atentamente en una playa habanera ajena a chapuzones y otras mareas, la tostadora que ofrece dos libros recientes y de historias crujientes. Por ejemplo. Artistas reconocidos por el mercado, que impone gustos y cánones. Artistas: Dis Berlin, Cristina Lucas, Chema Madoz, Angel Marcos, Ouka Leele, Mireia Sentís, Manuel Vilariño... Hasta esos 29. Algunos han mostrado sus trabajos en Zamora, en la Bienal o en otras ocasiones: Berlin, Chus García Fraile, Roberto González, Rafael Liaño, Alicia Martín y Mireia Sentís. Muchos han expuesto en ARCO y en salas de países europeos. Muchos han recibido codiciados galardones.

«Palabra e imagen han tenido que coexistir y hermanarse para alcanzar grandes objetivos, como son el conocimiento y la comunicación», explican Jesús Cámara y Ciuco Gutiérrez, comisarios de la muestra. Un «maridaje», así se le define, que se ha visto potenciado por los medios. Cada vez más. «Se forjan en los mismos caldos y forman parte de similares registros». Cámara y Gutiérrez consideran que imágenes y palabras «sirven para describir, para materializar ideas y conceptos, para narrar historias, para comunicar mundos lejanos, o no, al espectador».

Alicia Murría habla de «asociaciones». O de relaciones, alianzas, códigos, sugerencias. «Es en el siglo XX cuando imagen y texto se asocian de manera más estrecha». Ahí están, ya en la historia,«el cubismo con sus collages, el fotomontaje, la fotografía de prensa y la publicitaria», explica la experta. En estos días, «la imagen parece revelarse insuficiente si no se expande a través del lenguaje de la escritura». Lo visual puede ser muchas cosas: sólo estética, ludismo, denuncia, intimismo, ironía... Siempre realidades sobre papel. A veces reproducen la existencia, que es verdad y mentira. A veces dan vida a la vida pasada, que sólo es recuerdo con pátina.