Enamorado confeso del tebeo y de la narración audiovisual, el artista charro Víctor Samarkanda publica el cómic "Pequeño paseo por la ciudad de Zamora y de sus gentes". Un libro dedicado a los "niños y no tan niños" con casi medio centenar de páginas de acuarelas de la ciudad, de su patrimonio y de sus gentes.

- Después de las publicaciones dedicadas a Castroverde de Campos, Moraleja del Vino y Toro, le llega el turno a Zamora capital.

-Obviamente no voy a descubrir Zamora, es imposible, no soy especialista en Zamora ni soy historiador ni documentalista, ni Remesal ni Somoza. Yo lo que hago es ver la ciudad con otros ojos, como la mirada de un niño, a través del cómic. Es como dar otra pintura, otra capa de gracia y de cariño a través de ese lenguaje de la imagen que hasta ahora nunca se ha hecho. Para mí es un orgullo tremendo atreverme con Zamora y que sea del agrado de la gente porque uno lo hace para el disfrute del público aunque yo también disfruto como diría Michael Robinson viendo lo que el ojo no ve. Me parece una ciudad cinco estrellas.

- ¿Cuáles han sido las técnicas empleadas?

-Acuarela digital y manual. En general, el cómic evoluciona a la traza digital pero no porque evolucione y sea lo más común significa que sea lo mejor. He optado por la acuarela porque me parece más pura y personal. En cuanto a los colores, son de un tono dulce y amable que es lo que me transmite a mí Zamora: apacibilidad y calidez. No obstante, también empleo mucho el violeta asociado a la Semana Santa, a los tonos místicos y religiosos.

- ¿Por qué una apuesta tan firme por el cómic?

-Quiero reinventar el cómic, pienso que es el noveno arte. No es un arte menor sino diferente ya que no tiene tanta pompa como el cine u otro tipo de arte. Pero hace poco viendo un documental descubrí que ya había cómics en el Neolítico, no como los de ahora pero sí se veían barcos dibujados en piedra que contaban una historia y sin embargo no había cine, ni televisión ni otros de los medios que actualmente son más populares. A mí eso me emociona, ver que este arte que parece el último igual fue el primero.

- Pero sigue siendo minoritario...

Al final todo está mirado por el tema del dinero. Mueve mucho más dinero una película, es más fácil. Pero el cómic es muy puro y auténtico como la poesía. Aunque económicamente arrastra menos fuerza con lo cual parece que tiene menor difusión, pero todo esto es muy relativo.

- ¿Quiénes son sus ilustradores de referencia?

-Es complicado, hay tres grandes escuelas. Está la escuela americana de Marvel que no me gusta nada, me parece como en el cine: todo son explosiones, helicópteros, tíos fibrados y mujeres con grandes senos. La escuela japonesa tampoco me emociona mucho quizá por mi lejanía con esa cultura aunque los ojos tan grandes como platos que dibujan son muy bonitos. Y la que sí me gusta es la escuela francesa, me gusta mucho "Las aventuras de Tintín" de Hergé, que tiene ese punto de mezclar el cómic con la aventura, el viaje y el empezar a aprender cosas de otros países. Me gusta muchísimo también en ese sentido pero yo soy muy español, entonces yo reivindico los grandes dibujantes de cómic de entre los años sesenta y noventa, con esas editoriales catalanas tan potentes, con esos grandes maestros que trabajaban mucho la picardía y la picaresca, esos puntos tan auténticos de nuestro humor, gracia y simpatía. Esos son mis referentes pero tampoco busco la autenticidad, yo realmente busco algo más personal.

- El libro también tiene carácter didáctico.

-He buscado la poesía y la ternura. Hay dos grandes protagonistas: un tío que le explica a su sobrino cómo es Zamora para adentrarse en ella. Este "Pequeño paseo por la ciudad de Zamora y de sus gentes" es como un inicio para empezar a saborearla. Y también es muy didáctico, basta que tengas las cosas delante para que no te fijes en ellas y tenga que venir otra persona para apreciarlas.

- ¿Cómo ha sido el proceso de documentación?

-No he caído en lo de siempre y he conversado con mucha gente anciana, lo que he hecho ha sido buscar todo lo que me parece diferente y curioso. Leer la prensa del día, y en concreto LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA también me ha ayudado mucho.

- ¿Cuánto tiempo ha empleado en su elaboración?

-Casi me ha ocupado un año de mi vida, pero es algo más complicado. Hay una canción maravillosa de Sabina, "Princesa", en la que igual tardó en componerla 10 minutos pero en realidad no tardó diez minutos, quiero decir, hay que ser Sabina primero. Es un complejo proceso de creatividad, sensibilidad y de tener un lenguaje visual muy fuerte con un estilo propio, didáctico y simpático.

- ¿Cuál es su objetivo?

-Poner más en valor a Zamora. Es como un homenaje o un piropo a Zamora. Igual que se puso muy de moda poner el candadito en el puente, yo quiero poner un candado de papel y de colores hacia los puentes de muchas casas.