Pilar Delgado es una de las voluntarias del Grupo Gemosclera, invitado por la Delegación Territorial de Cultura al Lago para realizar una prospección arqueológica en el emplazamiento del destruido Balneario de Bouzas, muy cerca de Ribadelago. La experiencia, "muy interesante", ha servido para conocer mejor el antiguo establecimiento que fue providencial en el disfrute del Lago tal y como hoy lo conocemos. Ayer, la arqueóloga expuso las conclusiones del trabajo en las I Jornadas de Estudios Locales, organizadas por el Instituto Florián de Ocampo en el Colegio Universitario.

- ¿Cuando nació el Balneario de Bouzas?

-Fue un balneario que edificaron a finales del siglo XIX aprovechando un manantial de aguas sulfurosas al borde del Lago de Sanabria. En la época de esplendor de la hidrología médica española declararon ese agua de utilidad pública y dieron permiso para construir la instalación. Era muy pequeñito, pero nos llamó la atención en una inmersión, cuando encontramos restos de loza de fábricas lejanas al lugar. Entonces, el balneario tenía un acceso muy complicado: había que llegar a Puebla de Sanabria y, luego, desplazarse al emplazamiento en carros. Era loza de Segovia, Cartagena o Francia.

- ¿Qué se ve hoy en este lugar?

-Lo que se perciben son los restos de la antigua hospedería, que se quemó hace unos años y está en muy mal estado. Bajando hacia el Lago se ven los restos de lo que eran los baños en sí, una especie de caseta y cuatro bañeras dentro de una edificación, de la que queda solo una.

- ¿Cómo se imagina ese balneario?

-Muy pequeño, funcionaba solo en verano, unos meses, debido al clima, que es bastante duro. Estaba preparado para cuarenta o cincuenta bañistas, a los que trataba un médico. El agua era sulfurosa y estaba indicada para diversos tipos de piel: la bebían, se bañaban...

- ¿Agua sulfurosa quiere decir necesariamente caliente?

-Al contrario, tiene una temperatura de 15 grados. Al principio se decía que el manantial era muy profundo, y que el agua se enfriaba de camino a la superficie. En el siglo XX se mantenía lo contrario, que tenía baja temperatura por ser muy superficial.

- ¿El agua sigue brotando?

-El manantial que surtía al balneario está fuera del Lago y donde estaba el depósito hay un caño por el que todavía brota el agua.

- Y en medio de la exploración de la zona, descubren un plato...

-Sí, restos de un plato de entre 120 y 170 años, sujeto por tanto a la Ley de Patrimonio. Lo notificamos al Servicio Territorial de Cultura. Fue el primero de varios hallazgos de calidad de otras partes lejanas.

- ¿Era pues un establecimiento de lujo?

-Al contrario, tenía un aspecto bastante familiar, por eso llama la atención la calidad de la loza. Los restos se trajeron al Museo de Zamora y a continuación iniciamos una prospección para proteger la zona donde hay restos, cómo si fuera el área de un barco hundido.

- ¿Cómo se delimita algo bajo el agua?

-A través de puntos GPS, con la dificultad de que dos de ellos están a 27 metros bajo el agua. El Lago tiene una profundidad máxima de 51.

- ¿Cómo han sido las inmersiones?

-Hemos hecho un año de inmersiones, pusimos unas infraestructuras temporales para delimitar los puntos más profundos. Documentamos la zona a través de cámaras fotográficas y de vídeo, con imágenes de restos de loza y de varias embarcaciones.

- ¿Se han encontrado alguna sorpresa más?

-Conocemos muy bien el Lago y quizá lo destacable sea la dificultad para explorarlo: es muy profundo y el agua es muy oscura. Hay que tener mucho cuidado porque no hay centros médicos preparados si pasa algo.

- ¿Cuál es el principal peligro en ese tipo de inmersiones?

-El problema es que la altitud del Lago hace que la profundidad real del agua sea mayor. 27 metros de profundidad es, en realidad, más de treinta. A más de veinte metros, debes tener mucho cuidado

- Ahora se sabe más de un balneario muy desconocido para los zamoranos.

-Pues es una pena, porque es muy interesante y fue fundamental para que el Lago volviese a ser de dominio público. El dueño atrajo a muchísimas personalidades a través de una función turística y de denuncia.

- En el ámbito personal, ha debido de ser una experiencia interesante, ¿verdad?

-Somos un grupo multidisciplinar y hemos aprendido muchos unos de otros: arqueología, topografía, vídeo subacuático... Ha sido realmente interesante.