El actor Cándido de Castro capitanea el tercer festival de microteatro que tiene lugar durante tres vienes consecutivos en la calle Balborraz

-¿Cómo surgió la idea de realizar microteatro en la calle Balborraz?

-En un inicio nació para reivindicar a los ciudadanos el potenciar el patrimonio arquitectónico que tenemos en esta ciudad. Recogimos una idea que hace mucho tiempo se desarrolló en Argentina haciendo microteatro en lugares no convencionales. Se nos ocurrió en la ciudad ir trabajando distintos lugares. El primer lugar seleccionado fue la emblemática calle Balborraz y la idea era proseguir en otros espacios, pero como esa calle es tan bella... nos hemos quedado en ella y mañana empieza la tercera edición.

-En cada pase el público puede pasar de un local a otro para presenciar el siguiente espectáculo.

- Hay microteatro en muchos lugares y la peculiaridad que tiene este es que es una misma calle, sales entre espacio y vas al siguiente espacio y por el camino sales a la calle y puedes comentar lo que has visto. Es otra manera de estar en esa calle.

-Algunas de las compañías han participado con anterioridad.

-Repiten Rebufo Teatro con una historia muy simpática de un forense; Valquiria Teatro regresa en un homenaje a Zorrilla y Pau de Nut, un extraordinario violonchelista que ofrecerá microconciertos. Entre las singularidades de esta edición está la parodia de la película "La la land" a cargo de Clara Parada con "Lola land". También actúan gente y grupos de Zamora como Víctor y Aurora; Contra Tiempo y Eléonore Bisson.

- Por lo que dice conjugan teatro y música.

-El planteamiento es ir progresando para incluir todas las disciplinas de las artes escénicas aunque el espacio limita pero una de las particularidades del microteatro es que siempre te adaptas al sitio.

-¿Exportable a otros lugares de la ciudad?

-Sí pero habría que contar con locales que tengan la predisposición. El público en estos espectáculos verá muchas emociones, desde humor, la tristeza hasta el placer de escuchar música a una distancia mínima. Como en cada espacio hay tres pases, a las 20.30 horas, las 21.00 y las 21.30 horas, puedes ir alternando de uno a otro. Es el disfrute en 15 minutos a corta distancia. Actuar encima de un escenario hace que te aísles y cuentas la historia con un espectador que está a unos 50 metros. Actuar tan cerca resulta muy complicado para un actor porque la capacidad de abstracción de la realidad tiene que ser muy fuerte.

-¿Qué tipo de público suele acudir?

-Muy heterogéneo y nos ha sorprendido porque asisten muchos jóvenes. El hecho de que sea una entrada de cinco euros facilita que la gente acceda fácilmente.

-¿Es una manera de habitual a la gente a ir al teatro?

-Sí, claro porque son 15 minutos. La gente es capaz de estar dos hora delante de la televisión pero no se plantea estar hora y media en un teatro porque no tiene el hábito. Es una manera de acercar a la gente a las artes escénicas.