Flora, mamíferos, aves y naturaleza. Todo cabe en la Asociación Zamorana de Ciencias Naturales "Naturzamora", donde existe un nexo común universal que les une a todos: la pasión por la naturaleza y mucho cariño a Zamora. El colectivo, formado por una veintena de integrantes, se creó en abril de 2005 y tras un parón de varios años, retoma de nuevo su trayectoria para el estudio, la conservación, la defensa y la divulgación de la naturaleza.

-El estudio es uno de los objetivos del colectivo. ¿Qué investigaciones llevan a cabo en la actualidad?

-Tenemos a gente que está mapeando la provincia para registrar las especies de mamíferos, aves o mariposas. El año pasado se encontraron especies nuevas de mariposas que no se sabía que había en la provincia, lo mismo que ha ocurrido con las libélulas. Además, eso nos permite estudiar la evolución de los ejemplares gracias a los muestreos. Lo mismo estamos haciendo con las plantas. Zamora tiene un patrimonio natural muy rico y queremos dar a conocer su biodiversidad. Estamos viviendo de espaldas a eso, sobre todo, los niños.

-Muchos nativos digitales viven a años luz de la naturaleza. ¿Cómo recortar esa brecha?

-Queremos romper esa brecha. Los niños viven en mundos virtuales y no tienen contacto con la naturaleza apenas, pero cuando a un niño se le pone frente al medio ambiente... ¡alucina! Sin embargo, para amar la naturaleza hay que conocerla. Ningún niño prefiere una tablet a subirse a una caseta de madera en un árbol, pero claro, tiene que probarlo.

-La nutria aparecida en el Duero sorprendió a los zamoranos. ¿Cuál es su historia y su final?

-Se descubrió por casualidad. Una de las compañeras de la asociación paseaba por Las Pallas y oyó unos gemidos extraños. Cuando buscó su procedencia descubrió un cachorrito de nutria quemado y desvalido. Llamaron al 112 para que se pusieran en contacto con Medio Ambiente y proceder al rescate y recuperación del animal, pero la respuesta fue que no había medios. La Policía Municipal nos dijo que lo único que podían hacer era llevarlo al día siguiente al Centro de Recuperación de Especies y que lo metiéramos en una caja, pero eso era sentenciar su muerte porque necesitaba cuidados inmediatos. Así que llevaron al animal a una clínica veterinaria, salvó la noche pero a la mañana siguiente murió. Historias como ésta son las que nosotros queremos que se conozcan para defender la naturaleza. Queremos ser muy beligerantes contra los desmanes.

-¿Qué les parece el esparcimiento de veneno como medida para combatir el temido topillo?

-La Junta está empeñada en esparcir el veneno por el campo sin sentido porque los topillos no se comen ese veneno, comen brotes tiernos. Lo más efectivo es el control biológico, es decir, favorecer que especies naturales depredadores colonicen esas zonas y hagan su propio trabajo. Hablo de cernícalos, lechuzas y aves rapaces. El veneno mata todo lo que pilla porque hay muchos animales que comen ese grano y otros tantos que se comen esos animales muertos.

-La proliferación de meloncillos ha puesto en jaque a la población de la provincia. ¿Qué es el meloncillo?

-Es un mustélido de origen africano, una especie invasora que lleva muchos años en la Península Ibérica. Está habiendo una pequeña expansión hacia el norte, pero es residual. Está claro que su presencia no es buena, pero lo que está claro también es que un meloncillo nunca se va a comer una vaca. Es del tamaño de una liebre, pero más bajo y largo, como una serpiente peluda. Son depredadores, pero de reptiles. Otra cosa es que un animal se encuentre a otro moribundo y se alimente de él.

-La presencia del lobo y su control trae en jaque a las administraciones, los ganaderos y los cazadores. ¿Cómo ven desde NaturZamora el problema y, sobre todo, la solución?

-Es un tema muy manipulado por intereses, pero no de los ganaderos, porque a ellos les tienen engañados los sindicatos agrarios. El lobo ha estado siempre y lo que ahora está haciendo es recolonizar espacios. En zonas como la Alta Sanabria apenas hay ataques porque siempre han estado y los ganaderos saben convivir con el lobo: tienen sus mastines, recogen sus rebaños por la noche y se acabó el asunto. El problema surgió cuando el lobo desapareció, los ganaderos se acomodaron -dejaron de tener perros, no cercaban y dejaban el ganado suelto- y el lobo vuelve a su territorio. Les dicen a los ganaderos que no se protejan, que pidan indemnizaciones y que vivan de ellas, pero lo que hacen es engañar al campo. Lo que pediríamos a la Administración es que en vez de subvencionar a posteriori, hagan las cosas a priori. El lobo es riqueza, no es pobreza. Detrás de todo esto están los cazadores, que se basan en los ataques y peligros para darle gusto al gatillo y defender la naturaleza matándola... no hay que se lo crea.

-¿Y los ataques al ganado por parte de los buitres?

-Las garras de un ave de presa como el águila real o imperial y las de un buitre son diferentes, unas están adaptadas para matar y las otras para ponerse en el suelo o comer lo que ya está muerto, es decir, las garras de un buitre no están diseñadas para matar. La población de buitres en Zamora se va recuperando poco a poco. Por el momento, hay ejemplares bastante estables de buitres leonados y una pequeña representación de alimoches. También vuelan por aquí de vez en cuando los buitres negros y pensamos que a corto plazo pueden recolonizar su ambiente en la provincia.

-¿Qué radiografía hacen del estado de conservación de Valorio?

-Valorio es una joya que está abandonada, dejada e infrautilizada. Si este bosque estuviera en otra ciudad, lo tendrían por las nubes. Hay más de 100 especies de aves diferentes, está al lado de casa y queremos que la gente lo conozca. Una iniciativa magnífica son las rutas ornitológicas emprendidas por el Ayuntamiento guiadas por un integrante de nuestra asociación. Nadie debería de perdérselas.

-La divulgación del patrimonio natural es uno de sus objetivos. ¿La Zamora verde se vende bien?

-Parece que en Zamora solo hay dos cosas: Semana Santa e iglesias románicas. Pero la provincia tiene mucho más y su patrimonio natural es importantísimo. Eso puede atraer turismo y riqueza a la ciudad, pero hay que trabajar y poner los medios, no siempre todo es cuestión de dinero.

-¿Qué sorpresas aguarda Zamora?

-A menos de cinco kilómetros de la capital se pueden ver águilas reales, corzos, galápagos... hace poco podía verse incluso colonias de cernícalos primillas que anidaban en construcciones antiguas. También desaparecieron las lechuzas comunes al cerrar los campanarios con telas metálicas, pero nos gustarían que volvieran.

-Las palomas son una plaga. ¿Cómo erradicarlas?

-Entendemos que constituyen una plaga y que hay que hacer algo porque molestan a los vecinos y dañan el patrimonio, pero hay que hacer un control de forma racional y sostenible. El Ayuntamiento de Toro tiene una propuesta de nuestro colectivo para la colocación de cajas nidos para que el halcón peregrino se asiente y controle la población de palomas.