Hoy en Zamora, al igual que en el resto de España y en todo el planeta, se conmemora el Día Mundial del Agua, una jornada que pretende poner de relieve la importancia de un recurso que constituye toda una fuente de vida y que en los últimos años se ve cada vez más amenazado por las consecuencias que el cambio climático tiene en la desertización y la merma de agua dulce.

La celebración de esta jornada promovida por las Naciones Unidas pone este año el acento en el desperdicio del agua, algo de lo que todo el mundo debe ser consciente ya que se trata de un bien escaso y muy preciado. Bajo el título interrogativo “¿Por qué desperdiciar el agua?”, la ONU pretende llamar la atención sobre la necesidad de hacer un mejor uso del agua, ya que es posible reducir y reutilizar hasta un 80 por ciento del agua que se malgasta, tanto de las casas como de las ciudades, las industrias o la de usos agrícolas. Que ocho de cada diez litros de ese agua pueda regresar al medio ambiente sin perder nutrientes valiosos y sin estar contaminada es una meta que supondría dar la vuelta a la tortilla, ya que actualmente más del 80 por ciento de las aguas residuales que se generan vuelven al ecosistema sin ser tratada ni reciclada.

En el caso de la provincia de Zamora, en la actualidad existe un plan para mejorar la depuración de las aguas residuales de todas las localidades con una población de más de dos mil habitantes equivalentes, una vez traducidas a personas las aguas residuales que generan las industrias asentadas en ese territorio. El plan, que se financia con fondos europeos, se completará en la parte que compete a la Junta de Castilla y León una vez licitadas recientemente las obras de las depuradoras de Moraleja del Vino y Morales de Toro. En la parte que compete al Ministerio quedan por ejecutar las depuradoras de San Cristóbal de Entreviñas y Fermoselle, con las que se completa el plan de depuración en los trece núcleos de mayor población de la provincia.