El autor Abel Fernández Ruiz ha publicado en formato digital su segunda novela, una historia muy singular marcada por el humor.

-¿Cómo nació "Coto de Dios"?

-Tenía la idea de hacer una historia que empezase con muchas notas de terror y se fuese complicando para acabar siendo una historia de humor.

-Unos ingredientes singulares.

-Sí. Los utilizo porque creo que lo entretenido está en los contrastes. El leer algo en lo que sabes lo que va a ocurrir, hace que pierdas el interés, pero cuando lees algo que te sorprende vas elucubrando lo que va a ocurrir, lo que te "engancha" y hace que prestes más atención.

-¿Qué herramientas ha utilizado para conseguir captar la atención del lector?

-Creo que mi principal arma es el humor. Ante los datos que te va aportando un capítulo donde crees que va suceder una cosa, con mucho sentido del humor bastante surrealista, le he dado una vuelta de tuerca para que fuera en la dirección contraria. La trama comienza con un sacerdote que hace exorcismos como churros y cuando se encuentra realmente a Satanás dentro de una chica, no logra nada. A partir de ese punto Lucifer se encarga de fastidiarle por intentar sacarlo del cuerpo de este ser humano. El humor creo que es la principal característica de mi escritura.

-¿Por qué recurre a él?

-Quizá porque a todos en nuestra vida diaria se nos ocurren respuestas inoportunas que, está claro, nunca das porque no vienen al caso, porque te quedarías sin trabajo o sin amigos o sin pareja. Sin embargo, cuando tienes un papel delante, como los personajes son tuyos pueden dar esas contestaciones y puedes jugar con esas respuestas. Lo que no dices en la vida real por educación, en el papel puedes plasmarlo. Además en la sociedad en la que vivimos no se demuestra el ingenio, no tiene cabida en las conversaciones más frecuentes. Intentar sacar el ingenio para hacer que sea entretenida mi novela.

-¿Dónde sitúa la trama de "Coto de Dios"?

-El primer capítulo podría ser en cualquier sitio, aunque se supone que es Madrid. Casi todo ella es en la cárcel de Topas pero también aparece la Semana Santa de Zamora y un pueblo del cantábrico.

-El libro cuenta con ilustraciones.

-Las ha realizado mi hermano Gabriel. Como el antiguo arte del cómic él añade una serie de dibujos que podían ser un capítulo más de la novela pero que aparecen intercalados. En mi primera novela también lo hicimos. En ese caso eran historias cortas de una página y en "Coto de Dios", se trata de una historieta que se desarrolla.

-Sus dos novelas han sido publicadas en ebook.

-Me llamó Planeta para decirme que me publicaban la primera novela en formato digital y la segunda, ha sido igual. Como escritor me parece una buena experiencia porque la mayor parte de mis conocidos no tienen ebook, no leen en digital dado que todavía prefieren el papel de toda la vida. Las personas que llevan a cabo las descargas de mis novelas no las conozco de nada y en ese sentido cuando realizan una crítica o me dicen que se ríen mucho y se lo han pasado muy bien, sé que son sinceros.

-¿Cuándo se dio cuenta de que el papel era un buen marco para plasmar su facultad creadora?

-Escribo desde hace muchos años. Empecé con relatos más breves. Cuando se me ocurría alguna maldad (risas) luego la escribía. Posteriormente surgieron textos más largos que tienes que pulir y vas madurando. Al sentarte a escribir tienes que tener claro el hilo argumental pero luego es como una planta que con una semilla sabes que va a salir. Empieza a nacer tallos y hojas y tienes que podar para seguir avanzando.

-¿Qué supone para usted la escritura?

-Creo que un desahogo. Cuando ibas al colegio ibas pensando en tus fantasías y la literatura en el fondo te brinda soñar pero en este caso las escribes y, encima, las publican. Creo que es una especie de píldora para mantenerse joven.

-¿Está medido ahora en otra alguna novela?

-Sí, ya estoy de lleno con la tercera. Es un texto que se sitúa tras una guerra nuclear en la meseta castellana y es un enfrentamiento entre los de Zamora y de los de Gamonal. Yo soy de Burgos y estudié en el instituto de Gamonal y mi mujer es de Zamora. Me río de las costumbres de un lugar y del otro pero con los años que he vivido en ambos lugares en el fondo lo que hago es reírme de mí mismo.