Los abogados de la defensa coincidieron en lanzar duras críticas a la Fiscalía y a la Guardia Civil por lo que denominaron "totus revolutus", "castillo de naipes levantado de forma espuria", "presión mediática" para concluir en que en las diligencias policiales y judiciales "se habla de irregularidades que no se concretan" y que "no se delimitan los delitos". Incluso uno de los letrados llegó a afirmar que "se dio apariencia de montaje para justificar" la acusación de la Fiscalía, una durísima intervención ante la que el fiscal jefe, Rafael de Vega Irañeta, protestó y que la magistrada de lo Penal recriminó a la defensa.