Las cofradías de ánimas cumplen estos días con la mayor parte de las actividades anuales con un fin principal: recuperar el culto a las benditas ánimas y homenajear a los difuntos. La más popular de las celebraciones en la ciudad es la que promueve la hermandad de San Atilano, que mañana -2 de noviembre, Día de Difuntos- cumplirá con sus rituales. Por la mañana, santa misa en la capilla del cementerio en sufragio por los familiares difuntos. Ya por la noche, tendrá lugar la tradicional procesión por las calles del cementerio acompañando al Santo Cristo del Perdón.

Durante esta singular celebración, que se produce ya de noche y sin luz (20.15 horas) bajo la dirección del capellán Emilio Santiago Lorenzo, los fieles rezan el rosario y dedican sus oraciones a los fallecidos, dejando una estampa muy propia de estas fechas.

Como es habitual en los últimos años, la Hermandad Penitencial de Jesús, Luz y Vida asistirá al acto acompañada de su coro. La Cofradía de Ánimas de San Atilano ruega a los asistentes que recojan las velas en la capilla del cementerio para portarlas encendidas durante el breve itinerario por las calles del camposanto.

San Lázaro y Carrascal

Cabe recordar que actualmente, Zamora cuenta con otras dos cofradías que rinden culto a las benditas ánimas. Se trata de las hermandades de San Lázaro y de Carrascal que, pese a la progresiva desaparición de este tipo de cofradías, persisten en la celebración de este tipo de cultos.

Estas hermandades fueron impulsadas por la propia Iglesia y cobraron gran prestigio, al administrar incluso bienes de los fallecidos para emplear sus réditos en la celebración de misas y otros actos religiosos en recuerdo de las almas de los fallecidos.