A las puertas de la celebración de Todos los Santos, el cementerio San Atilano de la capital ve incrementado su ritmo habitual de visitas. Barrer el suelo, adecentar los accesos, fregar la lápida y adornar la tumba con flores y centros son algunas de las acciones más repetidas durante estos días de cara al próximo lunes y martes, Día de los Difuntos. Un escenario idóneo para comentar en corrillos la polémica restricción de la Iglesia: "¿Habéis oído eso de que no podrán esparcir nuestras cenizas?".