Según el bufete de abogados "Slater&Gordon" en un estudio realizado a 2.000 parejas casadas, un tercio se había planteado el divorcio alguna vez. Sin embargo, muchos intentaron borrarlo de la mente por diversas razones, la primera, por el miedo a enfrentarse a la situación que precederá así como al largo proceso burocrático. El segundo motivo, la esperanza de que todo mejore, deja a muchas parejas unidas a pesar de que ya no se sientan como tal, mientras que el tercero define el miedo a arrepentirse demasiado tarde de la decisión. Además, los hijos, la preocupación por cómo les afectará la separación y el posible sentimiento de culpa componen el cuarto factor que obliga a las parejas a mantenerse unidas. Por otro lado, la situación económica, la perdida de bienes comunes y la búsqueda de una nueva propiedad se convierten en la quinta razón, que ha cobrado aún más importancia desde la llegada de la crisis en 2008 y la inestabilidad de los empleos. En último lugar, la soledad, la edad y el miedo a no encontrar una nueva pareja es el obliga a muchas parejas a seguir en una relación que ya no funciona. De esta manera, solo el 55% de los encuestados creían que un matrimonio era para toda la vida y el 71% calificó su relación sentimental como "regular".