¿Será eficaz la aplicación de la justicia restaurativa en España?, ¿los españoles tienen un talante dado a esa conciliación necesaria? Imposible ofrecer una respuesta afirmativa y contundente. Falta un estudio en profundidad sobre esta cuestión, indica Alfonso Serrano Maíllo, doctor en Derecho y Sociología y criminólogo, director del curso de la UNED sobre Mediación y Justicia Restaurativa.

-¿Existe un alto porcentaje de eficacia en la resolución de conflictos con la justicia restaurativa?

-Las pruebas empíricas sugieren que los programas de justicia restaurativa son eficaces, sólidos y que siguen metodologías verdaderas. Pero son pruebas que proceden de contextos muy diferentes a los nuestros, hay estudios realizados en Australia, con una gran tradición de mediación y justicia restaurativa. El problema de esta metodología es que no siempre es fácil de generalizar, existe mucha confianza en que son verdad las conclusiones alcanzadas, pero no seguridad de que sea eficaz.

-¿Son experiencias difícilmente trasladables a España, donde existe una tradición litigadora?

-Se podría abrir un debate sobre esta cuestión, hacer más investigación.

-Pero en el ámbito civil y mercantil sí que parece que la mediación ha dado resultados aceptables.

-En civil y mercantil sí, pero no se ja evaluado bien, hay muchos casos en los que parece que la experiencia es positiva para el ofensor y la víctima, pero no hay una evaluación sólida

-¿Resultaría difícil convencer al ciudadano que espera la intervención del juez sobre las ventajas de esta fórmula?

-Mi misión no es tratar de convencer. Se puede ofrecer la evidencia como argumento, pero también es muy importante tener en cuenta que la política, en general, y la criminal, en particular, tiene que tomar en cuenta elementos jurídicos, culturales, constitucionales muy importantes y en eso la Criminología no puede entrar.

-Sin embargo, se está empezando a implantar como una auténtica alternativa con resultados positivos a la única intervención tradicional y única del juez.

-Hay mucha gente que tiene confianza en esta vía porque busca soluciones alternativas a la prisión y a las penas, y la experiencia se ve que es positiva. Además, puede producir una reducción de la carga de trabajo en los juzgados. Y puede ser efectiva desde el punto de vista de costes y beneficios, pero aún así la experiencia existente es de otros países, no de España.

-¿Cree que por las características sociológicas de España será más difícil de implantar?

-No hay investigación suficiente. Aunque hay gente que cree que sí, otras investigaciones apuntan a que no, son más escépticas respecto de las actitud de los españoles. Habría que estudiar más los casos para llegar a una conclusión.

-¿El perfil de españoles encajaría con el talante que se debe tener para admitir esta fórmula?

-No está bien estudiado.

-En el curso de la UNED han intervenido internos de Topas, ¿qué opinión ha sido la generalizada sobre este sistema?

-Están a favor de estas fórmulas alternativas de resolución de conflictos, alternativas a la prisión. Los que han intervenido en el curso se han mostrado favorables. A lo largo del curso, se ha dejado constancia de que no existe una idea clara sobre su utilidad, ven que hay un movimiento en el ámbito académico favorable, pero no ven cómo plasmar esto de forma práctica. También han expresado su preocupación sobre por qué no hay más iniciativas oficiales a favor.

-La mediación comienza a tener una proyección importante en la propia Administración de Justicia, ¿detrás puede estar ese deseo de combatir el atasco de los juzgados?

-No lo sé, detrás de todo esto existen siempre una serie de construcciones sociales, movimientos y no se puede decir que sea solo de voluntad política, depende básicamente de las actitudes entre la ciudadanía y la sociedad. La justicia es muy difícil de deslindar de los sentimientos que tienen los ciudadanos, de lo que la gente cree que es justo, que pesa mucho en la impartición de justicia. Es muy difícil dejar esto al margen, si te centras en lo que son puramente visión de costes y beneficios.

-En una sociedad como la española, en la que cuando surgen sucesos especialmente sangrientos, se reivindica el endurecimiento de penas, ¿cree que este sistema de restaurativo puede tener calado?

-Habría que saber la actitud de los españoles frente al castigo, qué es lo que piensa la gente realmente, que no se ha estudiado a fondo. La impresión generaliza es de que somos más punitivos, pero no está estudiado bien.

-¿Por qué eligieron esta temática para el curso?

-Nos pareció interesante. Y ha resultado muy participativo, hemos encontrado una sensibilidad en una parte de la sociedad. Las personas que del curso muestran mucha inquietud y una actitud favorable a este tipo de enfoques. Han tenido una actitud reflexiva y acrítica hacia esta tipo de práctica.