Un 25% de asuntos menos ha recibido hasta el uno de junio el Juzgado de Menores entre el uno de enero y el uno de junio pasados, con una treintena de asuntos, un dato que deja constancia de la reducción de denuncias, lo que no significa que exista ni menos delincuencia entre adolescentes de 14 y 17 años ni menos conflictividad, "lo que ocurre es que se denuncia menos", apuntan fuentes judiciales.

En esos cinco meses, solo uno de los denunciados permaneció en régimen de internamiento semiabierto, tras imponerle el juez una condena de seis meses por violencia de género, de los que cumplió 60 días, dado que se consideró que con ese tiempo fue suficiente para reconducir su actitud. Los delitos de violencia doméstica (agresiones de hijos a padres) fueron tres.

Lo cierto es que en estos primeros meses de este año los expedientes abiertos para investigar delitos cometidos por menores fueron un total de 32, frente a los 42 que este órgano judicial registró en el mismo periodo del año 2015, ejercicio que terminó con 90 asuntos tramitados. Se treta de un descenso importante, insisten las mismas fuentes, que no se ajusta a la realidad, según las mismas fuentes. Los robos, los hurtos, las amenazas y las peleas son las infracciones más comunes entre los niños y las niñas zamoranas de estas edades, seguidos de lo daños

Los penados

Del número total de denunciados, casi el 50% (17) terminaron internados en el centro especial para menores de Zambrana (situado en Valladolid) o en un grupo educativo, donde se les enseña a convivir con otras personas. En los centros donde se desarrolla esa medida de integración se les imponen reglas de conducta, el objetivo es evitar la reclusión en su fase más dura para facilitar la reincorporación del adolescente a su familia y el entorno social, además de evitar nuevos conflictos que puedan conducirle de nuevo al Juzgado.

Cuando los menores condenados a permanecer en Zambrana evolucionan favorablemente se les transfiere a un grupo de convivencia, tras el que pasarán a la fase de libertad vigilada, punto desde el que pueden volverse a ver privados de libertad y regresar al régimen de internamiento en el centro especial si se produce un retroceso.

Por lo demás, continúan siendo más los niños que las niñas que terminan ante el juez de menores por tener un comportamiento delictivo.