Los institutos que participan en este proyecto cuentan con grupos conformados entre cinco y siete alumnos y dirigidos por sus tutores o coordinadores de convivencia. Según explicó el director provincial de Educación, los miembros de estos grupos de escolares tienen que luchar contra dos aspectos fundamentales. Por un lado "tolerancia cero contra cualquier conflicto que pueda surgir en el ámbito educativo" y, por otro lado "tratar de ser preventivo y llevar a cabo medidas para que no se produzca ningún tipo de conflicto". El diálogo es la mejor arma, según Prada, para realizar esta labor "que normalmente tiene que mediar en pequeñas riñas, ya que casos más graves apenas se dan", aseguró.