A la familia acogedora se le presta una formación inicial y a lo largo de todo el proceso de acogimiento reciben apoyo, asesoramiento y orientación. Junto a esto, cuentan con grupos de apoyo y autoayuda y con un servicio telefónico de emergencia las 24 horas. También reciben estas familias acogedoras apoyos económicos, exentos en el IRPF, apoyos que se prolongan tras la mayoría de edad si el menor y la familia desean permanecer juntos. Al mismo tiempo, en el ámbito laboral, se reconocen bajas por maternidad para los acogimientos superiores a 12 meses, se reconocen permisos para la asistencia a las sesiones informativas y formativas. En el ámbito educativo, cuentan con una serie de beneficios como la prioridad en la escolarización de los menores y becas para la adquisición de libros de texto. Los responsables del programa declinaron ofrecer datos sobre la cantidad que perciben las familias como compensación al cuidado de estos niños.

Entre los apoyos para el menor acogido se encuentra la elaboración de su libro de vida, que recoge las circunstancias del menor y que se entrega a las familias que inician el acogimiento para que ellas registren su historia y evolución, o tratamientos psicológicos específicos. La Consejería de Familia destinó en 2015 al programa de acogimientos familiares casi 3,9 millones de euros en la región.