El poeta zamorano Jesús Losada ha ganado el Premio Internacional José Zorrilla.

-¿Cómo nace este poemario?

-Este libro se inició en la noche del solsticio de verano de 2010 en un viaje a Portugal y antes de emprender una estancia de varios meses entre India y Nepal, después fue Cerdeña, Centro América y República Dominicana. Han sido cinco años de escritura, con sus debidos tiempos de reposo y de repaso para reescribir y pulir los poemas, como un diamante frío, fruto del fuego, para crear la atmósfera que he pretendido que estuviera presente en esta obra.

-La decepción aplicada a distintos aspectos de la vida y la esperanza están presentes en esta obra, aunque desde el jurado se habló del resultado de la asimilación de una tragedia personal ¿Por qué?

-El portavoz del premio Luis María Ansón pronunció unas palabras un tanto distorsionadas por la emoción que pudieron dar lugar a malinterpretarse, por lo que quiero aclarar que este libro "El peso de la oscuridad" lo terminé de escribir la noche antes del accidente en el que falleció mi compañera Carmen Isla, en la ciudad de Santo Domingo en República Dominicana, donde ambos vivíamos y dábamos clase en la universidad de esta ciudad. Tampoco conducía yo mi coche, ni viajaba en él, lo manejaba el chófer que a día de hoy, después de un año de aquella tragedia, sigue recuperándose. El libro lo cerré esa misma noche, víspera de la muerte y nada tiene que ver ni con la ausencia, ni con el drama de la pérdida, no cambié nada después de morir mi mujer, a quien está evidentemente dedicado como no podía ser de otra manera. Parece la sombra de una premonición, sí es cierto. Sin embargo la esperanza siempre existe en mis obras, creo que aunque sea noche negra cerrada puede brillar la ínfima luz de una luciérnaga y eso me basta. Este nuevo libro es de escepticismo, decepción, duda. La dialéctica del mundo con sus dos caras, la intemperie y el insomnio, pero también el espíritu de la luz.

- "El peso de la oscuridad" presenta una estructura circular, un patrón que ya ha seguido en varios de sus anteriores poemarios. ¿Lo considera una continuación en su producción?

-Sí, vuelve a ser una obra circular, como lo fue la anterior "Corazón frontera" o "Huerto cerrado del amor", esta última la terminé contemplando el volcán en erupción de Ometepec en Nicaragua. Tiene mucho que ver con el inicio. Se escribe desde la herida. Están muy presentes en todo el libro los elementos de la naturaleza: el fuego que purifica; la tierra y los desiertos que caminamos; el agua de los océanos o los cielos por donde viajamos, al amparo de una geografía metaforizada, con dos escenarios marcadamente diferentes, uno urbano, pasional, dionisíaco, nocturno y otro más apolíneo, de ámbito rural, más luminoso. Son experiencias íntimas y descriptivas de los últimos países donde he residido de Portugal a India, de Cerdeña a Costa Rica o al Caribe donde vivo desde hace unos años.

-¿Qué le movió a enviarlo al premio internacional de poesía José Zorrilla?

-Cuando estuve en Zamora pasando las Navidades, este mismo libro ya había quedado finalista en dos grandes premios durante ese año, tenía plena confianza en él, y aproveché mi estancia en la ciudad para desde ahí remitirlo a un premio que encajaba perfectamente y lo envié a Valladolid. Era la primera vez que concursaba.

-El jurado ha alabado la calidad del poemario y lo ha calificado de un poema de "duelo".

-No es un largo poema de duelo, no tiene nada que ver con el canto de la pérdida de la amada, ni con la muerte tan siquiera. Es un libro cargado de sorpresas para el lector y con una carga erótica importante, y hay escenarios para la desolación como esos "no-lugares" que son los hoteles nocturnos de las grandes urbes. Yo he tratado de equilibrar lo narrativo y lo descriptivo del viaje hacia la esencialidad, pero donde no deja de latir la respiración de los silencios y ese olvido que siempre está lleno de memoria que poetizaba Benedetti.

-El reconocimiento conlleva la publicación del poemario, pero ¿en qué países?

-El premio para mí un honor y mucha humildad ante todo y es la publicación de la obra en una prestigiosa editorial nacional y su distribución, una placa de reconocimiento y 3.000 euros en metálico, con una cena en el teatro Zorrilla de Valladolid el día de entrega del premio que será el último fin de semana del mes de mayo, que viajaré a España a recoger el galardón, será un acto abierto para la gente. La publicación de la obra estará disponible a partir del mes de junio en las librerías españolas y en otros países de habla hispana.

-En momentos como los actuales ¿los premios son el mejor vehículo para dar altavoz a la poesía?

-No sé si son el mejor altavoz o amplificador, pero al menos es una forma más fluida de dar a conocer la poesía, nos dice "La constante de Enzensberger", que un libro nuevo que sale al mercado, lo toman en sus manos 1.354 personas, da lo mismo aplicar esta constante a USA que a España.

-Usted es profesor doctor en la Universidad Pontificia de Santo Domingo y participa de alguna manera en la gestión cultural de República Dominicana. ¿Qué tratamiento existe en este país a la cultura?

-Pienso que existe un nivel alto en cuanto a la musculatura intelectual por parte de un sector determinado en edad madura, tanto en Centro América como en el Caribe que es donde llevo los tres años últimos residiendo. Es global y por todos sabido, que los jóvenes cada vez se acercan menos a la lectura de los libros, debido a otros dispositivos electrónicos que los tienen mentalmente esclerotizados, ni leen ni piensan ni tienen una actitud crítica ante la vida. En el ámbito cultural, colaboro en actividades con el Ministerio de Cultura y con el Centro Cultural Español del Ministerio de Asuntos Exteriores. En estos días preparando los acontecimientos del 400 aniversario de la muerte de Cervantes y sobre el Quijote. También estamos diseñando la Feria del Libro con participación española y una serie de actividades de cara al otoño entre España y República Dominicana y Caribe.