El historiador Cándido Ruiz ha intervenido esta semana en una conferencia sobre las realidades y falacias de la primavera de 1936 promovida por el Círculo Republicano Zamorano, en la Alhóndiga.

-¿Cuál era la situación en Zamora en la primavera del 36?

-Hubo incidentes tal y como hubo durante la monarquía, que fue mucho más represiva. Hubo varios muertos y más entre izquierdas, cuatro, que de derechas, dos porque estos tenían más fuerza.

-¿Qué ideas se han extendido que usted defiende son erróneas sobre este período?

-Se han creado y propagado muchas falacias sobre los sucesos y acontecimientos que rodearon al gobierno que conocemos Frente Popular, aunque era un gobierno exclusivamente de republicanos. El propio término que se utiliza ya modifica la realidad. Muchas de las falacias y mitos que todavía se mantienen en la actualidad vienen del Franquismo y están claramente cargados de ideología y de intencionalidad política y con la transición que hemos tenido se sigue manteniendo, de manera que forman parte de la memoria del pueblo.

-¿Cuáles son?

-Estos mitos se asientan en falacias como la ilegitimidad de los resultados electorales del 16 de febrero 1936. Utilizan para ello fundamentalmente que se repitieran los comicios en algunas provincias y las segundas vueltas que se daban por el sistema electoral existente entonces. Hubo presiones para modificar los resultados en algunas provincias y hubo que repetir las elecciones en provincias como Granada y Cuenca. Sin embargo los documentos demuestran que quienes realizaron presiones y falsearon los datos fueron la derecha y por ello se tuvieron que repetir las elecciones. En el caso de Cuenca hubo manipulaciones por parte de unos y de otros, sobre todo, en el medio rural.

-La conspiración comunista también es una idea difundida pero ¿fue verdad?

-Se extendió la idea de que había una supuesta conspiración comunista para tomar el poder e implantar una dictadura al estilo soviético. Esa mentira se mantuvo hasta en los años 60 que un historiador norteamericano demostró que era todo mentira, que los famosos papeles de la conspiración comunista habían sido realizados por Tomás Borrás por encargo del general Mola para justificar el golpe de estado que estaban preparando desde la noche de las elecciones de febrero del 36.

-Esa tesis se modificó más tarde.

-Una falacia creada más tarde por historiadores ligados tanto al PP como al PSOE han modificado la tesis de una conspiración comunista por otra en la que echan la culpa al sector de Largo Caballero y a los republicanos por practicar una política que impedía el gobernar a otros partidos. Esa política de intransigencia sería la que provocara la Guerra Civil. Además se ha difundido que todo el caos, el desorden y la violencia vivida de febrero a julio hicieron inevitable la contienda. Una cosa es que haya problemas de orden público y otra cosa que eso sirva de legitimación ideológica para justificar el golpe del 18 de julio.

-Este último planteamiento figura en los libros de texto.

-Efectivamente aparece en libros de supuestos grandes investigadores y en los textos de Secundaria e incluso de la universidad y no se corrige porque los que siguen en el poder quieren favorecer este tipo de explicaciones histórica. La Guerra Civil estalla porque hay una serie de personas que quieren acabar con el sistema democrático, con el movimiento obrero y con una serie de reformas legales que se están produciendo porque reducían considerablemente sus privilegios. Los responsables de la guerra son los que se levantan en armas contra el sistema existente.

-Los engaños que usted señala condicionan hasta el presente.

-Sí y la porquería mediática que se vierte ahora contra determinadas personas o determinados partidos es muy similar a los mecanismos que se utilizaban en febrero del 36 por los medios conservadores porque sacaban las mismas informaciones sobre huelgas o violencia.

-¿Establece paralelismo entre los dos momentos?

-Son paralelismo en los mecanismos no más. No hay paralelismos en la situación política. No tiene nada que ver el cargarse el régimen político con la situación actual que es simplemente una especie de juego de tronos, de quién consigue más poder y quien logra más votos. No tiene nada que ver.