Treinta y nueve de las 160 farmacias de Zamora están en una situación económica comprometida, aunque el nuevo presidente del Colegio de Farmacéuticos, Juan Prieto Corpas, espera que todas ellas logren mantener su actividad y no se produzcan cierres, como ha habido en alguna ocasión en años anteriores. Es uno de los asuntos que tendrán que abordar los nuevos responsables del Colegio de Farmacéuticos de Zamora, cuya Junta de Gobierno tomó ayer posesión en un acto al que asistió el gerente regional de salud, Rafael López.

Prieto, que durante cuatro años ha sido vocal de oficina de farmacia, uno más vicepresidente y tres secretario siempre con su antecesor, José Espinosa, como presidente, tiene entre sus objetivos prioritarios el de "terminar de desplegar la receta electrónica en la provincia". Según las previsiones la implantación se está llevando a cabo de manera progresiva por las diferentes zonas básicas de salud de la provincia, y el proceso debería terminar hacia el mes de junio con la llegada a los centros de salud urbanos en la capital. La receta electrónica tiene como principal ventaja que evita acudir a la consulta médica para aquellos pacientes con tratamientos crónicos. Prieto Corpas admite que el sistema está teniendo algunas incidencias, pero no más allá de las esperables en una nueva implantación informática, y desde luego sin que corra riesgo la implantación. La interoperatividad de la receta electrónica de las distintas comunidades autónomas será la próxima tarea a desarrollar una vez se tenga completamente el marcha el sistema en Zamora y toda la región.

El nuevo presidente se muestra partidario de "cuidar todos los ámbitos profesionales, no solo el de la oficina de farmacia, a pesar de que sea el más conocido. Porque hay compañeros trabajando en hospitales, análisis clínicos, alimentación, distribución y otros sectores".

Una de las ideas a desarrollar en un futuro es potenciar las relaciones, retribuidas, entre las farmacias y los servicios públicos de salud, sobre todo de Atención Primaria, ya que el farmacéutico puede desarrollar programas como el de deshabituación tabáquica (que está bastante parado), detección precoz del cáncer de colon, enfermos de diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y un largo etcétera que beneficiarían a los pacientes.