Un hombre, licenciado en derecho o maestro, de poco más de 51 años, casado y con dos hijos, bregado en política local y acostumbrado a desempeñar puestos de responsabilidad. Y por supuesto, del PP o del PSOE. Es el perfil del parlamentario preferido por los zamoranos para que les representen en las Cortes Generales, Congreso y Senado, que hoy inician la legislatura con mayor incertidumbre de la democracia en España.

O al menos es lo que sale a la hora de buscar los denominadores comunes a las semblanzas de los siete representantes de la provincia que hoy ocuparán sus escaños, tres en el Congreso, los populares Fernando Martínez Maíllo y José María Barrios Tejero y la socialista, Mar Rominguera Salazar, y cuatro en el Senado, Clara San Damián Hernández, Dionisio García Carnero, Javier Faúndez Domínguez y José Fernández Blanco, este último del PSOE y el resto del PP.

Los mayores, Dionisio García Carnero, de 62 años y José Fernández Blanco, de 60, tienen en común una amplia trayectoria tanto en la política nacional como en la provincial. De ambos se puede decir, por tanto, que conocen bien la realidad de la provincia y que han desempeñado tareas de cierta relevancia en el parlamento. El popular es un miembro destacado de la Comisión de Asuntos Iberoamericanos, de la que es portavoz, y en sus frecuentes viajes a los países de ese continente ha tenido contacto con un variado espectro de personalidades de la más alta relevancia política y social. De hecho, a Zamora ha invitado a veces no sólo a sus compañeros de Comisión, como el mediático Iñaki Anasagasti (PNV), sino también a embajadores de varios países de la región. Tuvo un papel también destacado en la política provincial, desde su despacho en la Diputación, pero desde hace tiempo está más centrado en la nacional.

José Fernández, en cambio, como alcalde de Puebla de Sanabria continúa muy pegado a la política provincial y especialmente en la de su comarca. Ha tenido un papel relevante, por ejemplo, en los debates sobre el problema de la despoblación en el mundo rural y las zonas periféricas, que acabó con un informe del Senado, tan completo como, de momento, poco práctico. José Fernández ha sido uno de los parlamentarios zamoranos más activos durante la pasada legislatura.

García Carnero y Fernández, ambos buenos oradores, tienen otra cosa en común, son maestros. La socialista Mar Rominguera es la otra parlamentaria zamorana que sabe ya lo que es moverse por los escaños de la Carrera de San Jerónimo. Es la única que ha nacido fuera de las fronteras provinciales, ya que vino al mundo en Ceuta, aunque fue en Cádiz donde se crió. Su relación sentimental con el que hoy es su marido le hizo recalar por estas tierras. Abogada de profesión, tiene experiencia política como concejala del Ayuntamiento de Zamora y también dentro de la vida orgánica del partido, donde ha ocupado puestos relevantes como el que tiene ahora como secretaria de la Agrupación Local de la capital, la más importante de la provincia.

Abogado es también el cabeza de lista del Partido Popular al Congreso, Fernando Martínez Maíllo, que llega nuevo en esta legislatura pero que conoce ya la vida parlamentaria, ya que entró en sustitución de José Folgado, cuando Aznar nombró a éste secretario de Estado al inicio de uno de los mandatos en que el PP tuvo en sus manos el Gobierno de la nación. Maíllo tiene amplia experiencia en puestos de responsabilidad institucional, ya que ha sido hasta fechas recientes presidente de la Diputación Zamora y ha ocupado puestos importantes en la Federación de Municipios y Provincias. Además es presidente provincial del Partido Popular y uno de los políticos más prometedores dentro de las filas nacionales del Partido Popular, ya que Mariano Rajoy le ha aupado hasta la vicesecretaría de Organización y es por tanto, el número 3 de los de la gaviota en España. De momento se mantiene como alcalde de Casaseca de las Chanas, cargo que compagina con sus cada vez mayores responsabilidades en Madrid y presidente provincial del PP de Zamora.

Licenciada en Derecho es también la senadora electa del Partido Popular Clara San Damián, aunque al contrario que Rominguera y Maíllo no eligió el camino del ejercicio libre de la profesión sino el del funcionariado. La única soltera y sin hijos, y también la más joven, no ha cumplido los 40 años, San Damián ha dejado su puesto de coordinadora de Violencia de Género regional, porque es un cargo incompatible el escaño, aunque parece que va a seguir como portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Zamora capital.

Y desde la provincia ha irrumpido con fuerza otro hombre, Javier Faúndez, uno de los alcaldes con más brío de los populares zamoranos. Alcalde de su pueblo, Trabazos, presidente de la activa Mancomunidad Tierras de Aliste y presidente del Consejo de Alcaldes, será el primer alistano que llegue a la Cámara Alta. En principio pretende compaginar la responsabilidad nacional con su cargo en la Mancomunidad, atendiendo a la petición que en este sentido le han hecho los alcaldes de la agrupación. Faúndez es el único de los parlamentarios zamoranos nacido en el extranjero, en la entonces capital alemana, Bonn, si bien hijo de emigrantes españoles, y por tanto, considerado a todos los efectos alistano.

Desaparición de los pueblos

Los primeros en meterse en harina han sido los parlamentarios socialistas, que ya ayer comenzaron a lanzar críticas contra sus adversarios políticos. El senador José Fernández dijo que "Rajoy no puede seguir gobernando España porque supondría la desaparición de los pueblos de Zamora", mientras su compañera en el Congreso, Mar Rominguera, señaló que "el Gobierno del PP solo garantiza recortes, pobreza, despoblación y más paro" en la provincia.

Ambos anunciaron que promoverán e impulsarán en el Grupo Parlamentario Socialista una iniciativa para que el futuro Gobierno promueva una actuación urgente de desarrollo económico y demográfico de Zamora.