Un frigorífico, un mueble hecho a medida y una mesa con sus dos sillas, todo por importe de 2.285 euros es lo que reclama un vendedor de la capital a una mujer a la que le instaló la cocina hace ya seis años. En su declaración, la mujer aseguró que ella nunca acudió a la tienda a elegir estos artículos, sino que lo vio en un catálogo y fue el propio vendedor quien se acercó a su casa y le dio todas las facilidades posibles para el pago, ya que ella le explicó que no tenía en esos momentos posibilidades económicas.

Según su versión, ella le adelantó 500 euros y firmaron un papel con el resto del dinero "que resultó ser una letra de cambio, que nunca en mi vida había visto" así que aseguró haberse sentido engañada por el comerciante, quien, según ella, nunca volvió a ponerse en contacto para cobrar.

Por su parte, el vendedor recordó en su declaración que, tras insistir varias veces en el pago, la mujer le envió al banco de un familiar para que cobrara, "pero era mentira que allí hubiera dado ninguna orden de pago".

Ante la petición de libre absolución por parte del abogado de la defensa, el Ministerio Fiscal solicitó una pena de dos años y medio de cárcel, ya que se tuvo en cuenta que a la acusada ya le constan varios expedientes por anteriores delitos de estafa.

Robo en Benavente

Por otra parte, la juez condenó a dos jóvenes por un delito de robo en casa habitada tras los hechos ocurridos en una vivienda de Benavente el pasado año, cuando los dos acusados entraron en el piso y se hicieron con las joyas que la dueña tenía en su hogar. Cuando iban a salir con el botín, fueron interceptados por agentes de la Policía Nacional.

La abogada llegó a conformidad con la fiscal y finalmente se condenó a uno de ellos a una pena de dos años de prisión, que se sustituyó, a petición de la defensa, por una pena de multa que suma 5.760 euros. El compañero, con antecedentes penales por delitos similares, deberá cumplir una pena de tres años de cárcel, ya que la fiscal tuvo en cuenta el agravante de reincidencia. Además, entre ambos deberán hacerse cargo de la responsabilidad civil, que asciende a 726 euros, por los daños causados en la vivienda.