"Nacen con una tableta en las manos y están muy acostumbrados a las nuevas tecnologías". El responsable de educación de la empresa española BQ, Jairo Rodrigo, acercó ayer a alumnos de diferentes cursos del colegio Santísima Trinidad las últimas novedades en robótica e impresión en tres dimensiones. "Lo mejor es que ellos mismos puedan tocar y manipular los aparatos", animó el educador, quien había llevado al centro dos impresoras 3D de las que salían diferentes materiales para aplicar tanto al ocio como a la vertiente didáctica. "El materia que se utiliza para moldear los objetos es muy seguro y se amolda a cualquier forma", indicó Rodrigo, mientras enseñaba desde las entrañas de una rana, hasta un cráneo. "En las clases los propios alumnos pueden realizar sus materiales, como por ejemplo mapas, con lo que el coste sería mucho menor a la larga", apuntó sobre las posibilidades pedagógicas de estos aparatos.

Además de los objetos en tres dimensiones, de los que se diseñó algún prototipo propio delante de los alumnos, los estudiantes disfrutaron también con los robots. De fabricación sencilla, realizaron diferentes recorridos con obstáculos ubicados por todo el gimnasio del centro, guiándolos a través de tabletas que hacían las veces de mandos.

Nativos digitales

"Son nativos digitales y eso se nota, entienden perfectamente el lenguaje y les fascina", apuntó el profesor Luis de Mena, responsable de la dirección pedagógica del centro, sobre los alumnos que ayer participaron en estos talleres, conformados dentro de la Semana de la Ciencia.

En este sentido, estas jornadas en centro de la Santísima Trinidad, en el barrio de Pinilla. han servido para acercar a los estudiantes unas nuevas tecnologías que desde el profesorado se espera que en poco tiempo puedan ser parte activa de la metodología educativa. "Nuestro objetivo es integrar estos aspectos al currículo académico en breve. Ahora solo falta la inversión necesaria para ello, pero sería como acercar el futuro a nuestros alumnos", reconoce.

Un futuro que también se puede acoger en casa, ya que la empresa BQ proporciona estos aparatos para nivel doméstico "con un software totalmente libre y que cada usuario puede adaptar a sus necesidades", explica Rodrigo. Por cerca de 500 euros ya se puede disponer de una impresora en tres dimensiones "que uno mismo puede montar en casa y darle muchos usos pedagógicos, adaptándola a diferentes asignaturas, desde tecnología hasta biología", apuntó el responsable de educación. El mañana en las nuevas tecnologías está a un paso.