La familia de Sara Gato solo ha tenido noticias a través de los medios de comunicación de la revaluación del caso de la niña por el Sacyl, anunciada por el propio consejero de Sanidad el 12 de septiembre, para sopesar la posibilidad de financiar con fondos públicos los 30.000 euros que cuesta la vacuna de la hormona del crecimiento que necesita la adolescente.

"Nadie se ha puesto en contacto con nosotros, ni nos ha comunicado que se iba a revaluar el caso" y. de haberse hecho, el padre de la menor de 13 años cree que ya les habrían dicho algo. Víctor Gato continúa instalado en el escepticismo, "no me creo nada de lo que dicen, cuando vea las pruebas entonces me podré desdecir". El padre de la menor desconoce si la medida implicaría someter a Sara a nuevas pruebas o si se centraría en ver si esa medicación está teniendo efectos positivos para Sara, "que sí, porque está creciendo sin problemas", subraya.

Este zamorano, padre de dos hijos y parado, se pregunta "si en el caso de que el consejero de Sanidad tuviera una niña con la enfermedad de Sara, estaría en la situación". A partir de ahí, Víctor Gato no se centra solo en su pequeña, recuerda que existen muchos más y "pediría a las autoridades sanitarias que abrieran un poco los ojos porque hay muchos niños en la misma situación". Algunos casos son tan cercanos como el de una compañera de instituto de Sara, cuya familia no dispone de medios económicos para costear la hormona. La familia Gato ha contado hasta ahora con la ayuda de una tía de la niña, que ha puesto su sueldo de desempleada a su disposición. Es muy probable que pronto puedan devolverle el dinero: gracias a la solidaridad de los zamoranos "llevamos recaudados más de 15.000 euros desde el 30 de junio, cuando salimos en los medios de comunicación. Hemos conseguido más en tres meses que en el año de tratamiento". El silencio de las instituciones solo se ha roto ahora, dice.