El precio del carburante mantiene una acusada caída en las últimas semanas, una tendencia que ha roto todos los registros marcados en los años precedentes. Según los datos del Ministerio de Industria las gasolineras de Zamora van a cerrar el mes que hoy termina con el litro de gasóleo a un precio de 1,081. La gasolina de 95 octanos se ha comercializado de media a 1,186 euros y la de 98 octanos o súper a 1,308 euros. Son las cifras más bajas desde el año 2010.

Así, los precios del combustible han afrontado la última semana de agosto, en plena operación retorno, con unos niveles insólitos. La causa hay que buscarla en la caída de precio del barril de petróleo, algo que sucede como consecuencia del nerviosismo internacional sobre la situación económica de China y su impacto en el resto de las economías. El barril de crudo Brent, que es el más utilizado, ha llegado a cotizar esta semana a poco más de 43 euros, unas cotas que no se han alcanzado ni siquiera en lo más crudo de la recesión económica. Este verano el petróleo ha perdido un 32% de su valor, algo que no se ha visto del todo reflejado en los precios que marcan las estaciones de servicio.

El petróleo baja más

Descontado el alivio para los bolsillos que supone el abaratamiento de la gasolina y del gasóleo, hay que decir que el combustible registra unas bajadas de precio ínfimas si se las compara con las que ha sufrido el barril de petróleo. Las causas de esto son varias. Primero, el petróleo en sí representa aproximadamente el 40% del precio total que paga el consumidor por echar combustible en su vehículo. El resto son costes fijos donde se incluyen los impuestos (IVA, especial de hidrocarburos o céntimo sanitario), gastos de distribución, transporte y otros. Hay que valorar también el margen de las distribuidoras. Todo este conglomerado hace imposible que la bajada del petróleo se traslade íntegramente al precio final de la gasolina o del gasóleo.

Es también destacable que las petroleras son libres para imponer sus propios precios. Así, pocas han sido las que han trasladado a las suministradoras de combustible la bajada íntegra del precio del crudo.