El médico zamorano Enrique Crespo Rubio, especialista en cirugía taurina, que intervino ayer al torero Francisco Rivera Ordóñez tras la grave cogida sufrida ayer en la plaza de toros de Huesca, confirmó que el diestro "continúa estable dentro de la gravedad, pero hay que esperar unos días para ver cómo evoluciona". Según el médico zamorano, Rivera Ordóñez estuvo consciente en todo momento y, antes de ser anestesiado, sus palabras fueron un "¡Viva la Virgen del Rocío!" que emocionó al personal sanitario presente. "Lo han trasladado a la clínica Quirón de Zaragoza en una UVI móvil, donde será antendido por el doctor Carlos Vallarreres, uno de los médicos más conocidos en este tipo de cogidas", confirmó a este periódico el doctor Crespo.

A punto de ser padre por segunda vez, el torero fue intervenido de una cornada de pronóstico "muy grave" causada por el segundo toro de la tarde, de nombre "Traidor", que provocó a Rivera Ordóñez una "herida por asta de toro en la región supra púbica y fosa ilíaca derecha con un trayecto transverso de unos 25 centímetros hacía izquierda con desgarro de la musculatura de la pared abdominal" según comunicaron ayer los médicos del hospital oscense de San Jorge.

El pitón entró "a través del oblicuo mayor y del transverso del abdomen, penetró también en la cavidad abdominal, contundiendo inicialmente la arteria iliaca, diseca colón ascendente y riego, para llegar a espacio retro peritoneal, desgarrando el músculo psoas, disecando la aorta en un 5 centímetros y llegando al cuerpo vertebral de L3", según indica el parte de ingreso del torero.