Presidente de la Cofradía del Carmen por tercer mandato consecutivo, Enrique Calvo Sampedro acompañó ayer a la Virgen por las calles del casco histórico de la ciudad, una rareza dentro del calendario de procesiones de gloria. De su hermandad destaca, su antigüedad y la de la única imagen a la que venera y el elevado peso de las mujeres que, en este caso, se imponen a los hombres.

-¿Cómo han sido estos nueve días de preparación que acaban con el besapies de hoy?

-La procesión ha sido la culminación, no solo de esos días, sino del trabajo de todo el año, unas jornadas muy intensas. Los fieles han respondido, aunque quizá menos que otros años por efecto del calor. Y al final el desfile, el único que se realiza por el casco histórico de la ciudad, una originalidad que en este rincón se dé culto a una advocación de nivel mundial.

-¿Qué secretos esconde la imagen a la que rinden culto?

-La Cofradía se fundó en 1668 y la Virgen llegó a Zamora en 1695 siete años después procedente de Valladolid. La autoría se atribuye a José de Rozas y, en todo caso, a la época castellana. La hermandad se encarga de custodiarla y restaurarla, la última vez en 2001. Cabe recordar que hace 110 años exactos el templo sufrió un incendio que afectó únicamente a los ropajes del niño.

-¿Qué sienten ustedes por la Virgen del Carmen?

-Un cariño muy especial. En mi caso personal, intento tenerla presente en todo lo que hago en mi vida.

-¿Cuántas personas forman la hermandad?

-Somos alrededor de 390 hermanos junto a las seis personas que este jueves han entrado nuevas, un número importante para ser una cofradía de gloria. Se trata de una hermandad conocida en Zamora, pero también en los pueblos de los alrededores. Sí destacaría el elevado número de mujeres, un 60% del total.

-¿Tienen alguna otra actividad el resto del año al margen de la procesión?

-Celebramos eucaristías con motivo de la festividad de Santa Teresa de Jesús, el 15 de octubre, y del día de san Isidoro, el 26 de abril. San Isidoro fue el primer titular de este templo, dado que se supone que, de camino al norte, algunas reliquias quedaron en Zamora y se fundó la iglesia. Cuando nace la Cofradía del Carmen, el templo cobra un nuevo realce.