Dos trabajos marcaron la juventud de Javier Krahe. El primero tuvo lugar en una librería de la que fue despedido por aprovechar los minutos sin tajo para leer. El segundo, en la Zamora de 1964. "Castigado" por su padre Enrique al "no estudiar lo suficiente", el incipiente artista fue enviado a la ciudad para trabajar durante el verano con su tío, el célebre documentalista zamorano Fernando López Hepténer. Aquella experiencia fue tan grata que el cantautor, que fallecía ayer a los 71 años, no olvidó mencionarla en entrevista alguna.

Lo que en principio se había planteado como "penitencia", fue finalmente "un viaje por todo el país como ayudante de cámara". Así lo revela Susana, hija de Alejandro López Krahe, uno de los dos primos residentes en Zamora que conservaba el malogrado cantautor. El joven Javier -que apenas contaba veinte años- quería formarse en publicidad y vino a la ciudad a aprender fotografía y cinematografía.

Con su tío Fernando, Javier recorrió Mérida, Valencia, Valladolid, Zamora... "media España". Hepténer realizaba para Unidad Eléctrica S. A. el documental "Y siempre la electricidad". La colaboración del joven Krahe como ayudante de cámara quedó registrada en los créditos de aquel trabajo editado en 1965 junto a nombres como el de Matías Prats, encargado de la locución.

Aquella lejana aventura no era lo único que el compositor compartía con su familia zamorana. "En mi época de estudiante en Madrid conocí a los primos entre bodas y funerales. Los de Zamora éramos los de fuera, los que estábamos más perdidos. Pero con la familia de Javier nos llevábamos de cine, porque ellos también eran los diferentes, los exiliados". Son palabras de uno de sus primos zamoranos, José Luis López Krahe, responsable igual que Alejandro de estudios fotográficos con solera en la ciudad.

Fernando López Hepténer estaba casado con Dolores Krahe Herrero, hermana de Enrique Krahe, el padre de Javier. El matrimonio zamorano tuvo ocho hijos, de los que tres han fallecido y dos continúan residiendo en Zamora. Los primos han seguido "desde siempre" la trayectoria del compositor madrileño. Susana López, joven periodista, aprovechó los lazos familiares para hacerle un par de entrevista que "me ayudaron a aprobar la carrera", bromea. "En los primeros minutos, parece una persona melancólica. Después te das cuenta de que es un hombre cercano y muy cariñoso", lo describe Susana en presente, sorprendida todavía por su reciente fallecimiento.

Cuenta Susana algunas situaciones que marcarían la vida de Javier. La desaparición de su hermano Jorge -el primer y "mejor" letrista que tuvo- fallecido al estamparse con su moto contra una cabina de teléfono. Su etapa en Canadá o su admiración por el cantante francés George Brassens, de quien versionó la canción "Marieta". La trayectoria y la vida de Krahe están llenas de peculiaridades. "En Zahara de los Atunes, donde solía componer, tiene una casa en primera línea de playa? pero sin vistas al mar", describe su primo José Luis. "Yo lo prefiero así, estoy más tranquilo", les confesaba. ¿Qué opinaban sus familiares de las controvertidas letras de sus canciones? "Javier reconocía que tenía a las tías alborotadas, pero les decía: No os preocupéis, yo canto las cosas como las siento", añade su primo zamorano.

"Hay dos sitios a los que me gusta mucho ir: Badajoz porque está mi hermano y Zamora, donde me siento en casa". La afirmación de Krahe encuentra su sentido en las numerosas ocasiones en las que actuó en la ciudad, la última el pasado 31 de enero. Pero hay una especial, simbólica. Fue un día después de la toma del Cuartel Viriato, hace ahora 25 años. Todas las localidades para su actuación en el Teatro Principal estaban vendidas y, sin embargo, había varias butacas libres. "Sé que las entradas se han agotado. Los que no han venido están en el Cuartel", afirmó en mitad del concierto.

Aquella fecha Krahe comió en la bodega de su primo José Luis, en Entrala, donde la familia guarda como oro en paño un libro de visitas. En las páginas de aquella velada, Javier dejó un mensaje rotundo: "Arde Zamora".

La actuación de enero, la última en Zamora, también vino acompañada de la anécdota. El actual regidor municipal, Francisco Guarido, acudió a La Cueva del Jazz para conocer a Krahe. José Luis López se encargó de hacer las presentaciones: "Javier, aquí tienes al futuro alcalde de Zamora". Con ese carácter premonitorio, Krahe fue "el primero" en conocer una noticia que Guarido se encargaba de enfriar. "Yo solo soy de la oposición", le contestó el ahora alcalde.

Por todo, la familia zamorana de Krahe se quedó "de piedra" cuando el actor Pablo Carbonell publicó la noticia del fallecimiento. Para ellos quedará la persona sensible y sincera, la que tomó un camino distinto a Sabina tras la célebre colaboración de ambos en La Mandrágora. "Cuando le pedían canciones de aquel disco, se dirigía al público: Hace cuarenta años que he escrito esas canciones, estáis desactualizados. Para eso llevo décadas componiendo", relatan sus familiares, desde el cariño.