De José Ignacio Galán Ordónez a Nacha La Macha. El salto al transformismo permitió a este joven gaditano subirse a un escenario y sentirse lo que quería, artista. Esa plataforma le ha lanzado al mundo de la fama, a demostrar su poderío ante un micrófono como coplista y como actor. Acaba de sacar su primer single "Como la copla no hay ná", de su disco con letras de Rafael Rabay. En el pub Ulalá de Zamora (Los Herreros), volvió a desplegar su "tronío" y a arrancar las carcajadas a un público que se fue entregando a su show el sábado.

-¿Cómo comienza su afición por el transformismo y cuándo decide dedicarse profesionalmente a ello?

-Nunca me había planteado dedicarme al transformismo, sí tenía claro desde los cuatro o cinco años que quería ser artista.

-¿Ya cantaba con esa edad?

-Sí, cantaba, bailaba, hacía playback, recitaba..., ¡lo que hago ahora! Mi madre nunca ha venido a verme a actuar, cuando le dicen "¡he visto a tu hijo, qué bueno es!", responde "¿me lo vas a decir, llevo toda la vida viéndole?". Lo que hago en mi show lo llevo haciendo desde pequeño, me disfrazaba en mi casa o la playa con lo que fuera. Cuando inicié Arte Dramático y Teatro, me fui a Madrid con la idea de ser actor, pero conocí los locales de transformismo y me fascinó la idea, no ya de vestirme de mujer, era lo de menos, sino de tener un escenario y un público.

-¿Por qué el transformismo?

-Porque es complicado lograr ser actor: hay que hacer muchas pruebas, hay gente que lo consigue, otra se quedan a mitad de camino, poniendo copas... y el transformismo me daba la oportunidad de tener un público y un escenario ya. Solo necesitaba crear un personaje. Siempre digo que me visto de mujer porque este personaje me daba la oportunidad de ser artista, ni me siento mujer, ni femenino, que en mi vida diaria no lo soy.

-¿Ha interpretado obras clásicas, entonces?

-Sí, he hecho de todo desde Miguel Miura a Edipo Rey, clásico griego, comedia y de todo. Y mucha gente me dice "¿dejarías el personaje de Nacha?". Lo dejaría no porque considerara que interpretar otro personaje fuera algo mejor, sino por continuar teniendo un público. A mí me ofrecen otra cosa y... este año he hecho dos películas, con Gonzalo García Pelayo, "Copla" y "Amo que te amen", donde he interpretado a un hombre heterosexual, sin maquillaje, casado con una mujer y me he sentido igual de feliz que con Nacha. Pero Nacha me ha dado tanto, que me siento en deuda con ella y con el público.

-¿No es tan fácil destruirla?

-Ni me lo planteo, es la responsable de que me sienta artista.

-Dice no se sentirse femenina ni mujer, pero reivindica el transformismo, el derecho a sentirse y ser como uno quiera.

-Por supuesto. Nunca me he sentido mujer ni la necesidad de vestirme de chica para salir a la calle, pero he vivido lo que es el ser diferente, el ser un niño con otras inquietudes, el que se rían de ti, esto que ahora llaman bullying (acoso escolar), cuando no lo llamaban así, simplemente era algo normal: eras maricón y se reían de ti. Y los profesores miraban para otro lado o se reían también. ¡Cómo no voy a estar al lado de la libertad de cada uno a ser como es!

-¿Ha estado en el "armario", oculto?

-Muy poquito tiempo, pero sí que una época porque soy del 81 y en mi generación como que necesitabas estar un tiempo en el armario y, cuando ya no podías más salías. Ahora no. Fíjate, el dueño de este local y su novio tan jóvenes, se dan cuenta de que son gays y lo son. Antes eras gay, lo ocultabas y cuando ya no podías más, salías.

-¿Ha llegado a tener novia?, eso tiene que ser terrible, ¿no?

-Bueno, en mi caso tan poco fue tan feo porque llegué a enamorarme de ella, pero, claro, tenía la vida que otros deseaban. Yo, en el fondo de mi corazón, sabía que no era mi vida, hasta que la pude encontrar y salir adelante.

-¿Cree que hay una regresión entre los jóvenes en cuanto al respeto hacia quienes son diferentes, a quienes deciden vivir el sexo como deciden y no como establecen los cánones clásicos?

-No, la gente está muchísimo más evolucionada. Los jóvenes ya no salen del armario, directamente no entran, no llegan a entrar nunca. En las sociedades civilizadas y modernas, como en España, en Europa y en la mayoría de países del mundo, la gente no se plantea ya si ser homosexual está bien o mal. Sí que hay, como tú bien dices, el surgimiento de movimientos de homofobia, gente que verdaderamente está enferma, pero les doy ánimos, toda enfermedad puede curarse y esta también.

-¿Qué opina de la postura de ciertos sectores de la Iglesia católica frente a los movimientos LGTB (gays, lesbianas, transexuales y bisexuales), que creen que realmente están ustedes enfermos y hay que curarles?

-Siendo justos, no toda la Iglesia opina lo mismo. Estoy convencida de que un cura del día a día te dice que Dios es amor y que todo está bien. Pero, por mucho que ellos tengan una opinión personal, pertenecen a una institución en la que la homosexualidad se considera un pecado, una enfermedad y la situación es muy difícil para ellos.

-¿El papa está ayudando a destruir ese prejuicio?

-El papa se ha desmarcado de lo que durante muchos años la Iglesia ha venido diciendo. No sé si por oportunismo, por ganar más adeptos o porque lo piensa, pero ha dicho que hay que respetar a los homosexuales y que cada uno sea lo que sea. El pecado está en hacer algo que daña a tu prójimo, siendo homosexual no daño a nadie.

-Quien lo tiene muy claro es el alcalde de Torremolinos, que ha prohibido actuaciones de transformismo el 15 de julio en el acto del Orgullo Solidario porque hay niños. ¿Que provocan ustedes en los pequeños?

-El espectáculo, el humor y el lenguaje que uso depende del tipo de público que viene a verme, si hay menores, será adaptado a ellos. Pero decir que no es apto para niños es decir que mi trabajo es deshonroso, indigno o que incita a algo malo. Este señor, que tiene ya 80 años, y si tuviera 40 también, está para retirarse porque su mentalidad no está acorde con el pueblo de Torremolinos, que es tolerante. El pueblo español es tolerante, siempre hay excepciones, como este señor, que es un enfermo de homofobia y alguien así no está capacitado para ocupar un cargo político en ningún lugar.

-¿Realmente está convencida de que los españoles son tolerantes, de que no es un "postureo" porque la Ley ha normalizado la homosexualidad, obligado a cambiar los comportamientos y que el cambio es solo de cara a la galería?

-No, la Ley ha venido a reforzar lo que hace mucho tiempo la sociedad demandaba. Los ciudadanos siempre van dos pasos por delante de las leyes. Hace muchísimos años que una madre no desprecia a un hijo porque sea homosexual. Y si lo hace, es porque ha tenido esa educación. En el fondo, las personas tienen en cuenta a las personas por lo que son, por sus valores y no se comportan con ella por la condición sexual que tenga.

-¿Qué les diría a quienes piensan que gays y lesbianas no pueden tener hijos porque los niños necesitan un padre y una madre heterosexuales para ser "normales"?

-Es un debate muy amplio. ¿Qué es normal?, como digo yo en mi espectáculo, para mí mi vida es la más normal del mundo. Un niño lo que necesita es amor y atención. Yo nací y crecí en un ambiente heterosexual, con un padre y una madre, y soy homosexual. Entonces, que un niño nazca y se críe entre homosexuales no determina que lo vaya a ser. Si no, ¿de dónde hemos salidos los homosexuales?

-¿Os queda mucho por reivindicar?

-Si me limito a mi vida, te diría que no, vivo muy a gusto, muy tranquilo y hago lo que quiero, me acuesto con quien quiero, pero hay que ver más allá, en Europa, en Rusia, en los países árabes existe una homofobia muy profunda. Siempre que una persona viva reprimida por su condición, sometida a la represión, a leyes que les condenen habrá motivos para reivindicar.