El Obispado de Zamora se ha hecho cargo de las imágenes, mobiliario y enseres de la capilla del Hospital Provincial, ya que ha tenido que dejar exento el espacio religioso ante el inminente derribo del edificio que lo alberga. La capilla no tiene ya ni siquiera bancos donde sentarse, por lo que no puede utilizarse, pero tampoco se ha habilitado ningún espacio alternativo para el culto, con lo que el capellán hospitalario, don Volusiano Calzada visita a los enfermos, da la comunión y asiste espiritualmente a los enfermos, pero no puede celebrar cultos.

El vicario general, José Francisco Matías Sampedro explica que están a la espera de que se ponga en contacto con el Obispado la dirección del Hospital o algún responsable de la obra para, a ser posible, tratar de habilitar algún espacio para el culto de forma provisional durante duren las obras.

El Plan Funcional en el que se basa la redacción del proyecto de reforma integral del Provincial ya preveía la construcción de una nueva capilla en el centro sanitario, una sala de 60 metros cuadrados de superficie con un despacho auxiliar que servirá de sacristía. El documento elaborado por los técnicos de Sacyl indica textualmente que la capilla "se creará con el propósito de ofertar apoyo espiritual a los pacientes que así lo soliciten". La distribución de espacios será, una sala de 60 metros cuadrados destinada a culto, y un despacho de diez metros cuadrados para sacristía, comunicado con la sala de culto, con el fin de poder almacenar los diferentes objetos religiosos.

El capellán explica que los enseres de la capilla eran propiedad del Hospital Provincial, pero los ha cedido al Obispado. El vicario asegura que en la capilla no había nada de excesivo valor: el ajuar litúrgico, los bancos, el altar, sagrario, un crucificado (sin especial relevancia artística) y alguna imagen más. Lo que se pueda reutilizar en el espacio que se destine a nueva capilla se usará y el resto de los enseres los guardará el Obispado.

Valor arquitectónico

Lo que está claro es que la capilla del Hospital Provincial no va a llegar al medio siglo de vida: la primera piedra se puso en octubre de 1966 y el derribo es inminente. Ni las autoridades de la Junta ni los arquitectos que diseñaron la reforma del Hospital Provincial consideraron las peticiones que desde Zamora se hicieron para mantener la capilla. Al menos desde la sociedad civil, como por ejemplo la de Rafael Ángel Lozano, para quien la capilla que se va a derribar "es uno de los mejores ejemplos de arquitectura de los años 60". El estudioso se lamenta de la "ignorancia" de políticos y técnicos a la hora de valorar un patrimonio que tiene un interés arquitectónico indudable. Ahora, cuando la piqueta está a punto de derribar los muros curvos de ladrillo cara vista es ya demasiado tarde para intentar salvar la capilla.