Ayer pintar las paredes no era algo malo. Hasta veinte niños, de entre 13 y 14 años, participaron ayer en la iniciativa de la Asociación Cultural "Grupo Dur" de renovar la fachada de su sede en los jardines de Eduardo Barrón.

La divertida jornada comenzaba, a las cinco y media de la tarde, preparando las mezclas de los colores en platos de plástico, que luego se dividieron en pequeños vasos, para que los niños pudieran manejarse más fácilmente. Después las monitoras dividieron el muro en cuadrantes, para que cada pequeño pudiera dibujar y pintar libremente en su pequeño espacio. Y tras todo esto, por fin llegaba el momento que los pequeños participantes estaban deseando, comenzar a pintar. Los niños más bajitos se encargaban de los cuadros que se situaban en la parte más inferior de la fachada, mientras que una de las monitoras indicaba a una de las niñas más altas que podía dibujar una flor gigante desde el principio de la pared hasta el final para decorar con motivos diferentes el espacio.

Según avanzaba la tarde, los pequeños dibujaban diferentes formas como caballos, aviones, pájaros o mariposas, dejando volar su imaginación en el muro de la Asociación. Y como era un día festivo y de alegría para estos pequeños, algunos se divirtieron manchándose unos a otros, ante la mirada de sus padres, que se debatían entre la risa y la preocupación por quién quitaría la pintura de la cara de estos «artistas».

Al final de la jornada, en torno a las siete de la tarde, las monitoras repartieron bolsas de chucherías entre los «menudos» pintores, para premiar el «duro» trabajo que habían llevado a cabo.

Esta actividad no solo supone un momento de diversión para los más pequeños, sino que además, durante el desarrollo de la misma, los participantes pudieron aprender nociones básicas de pintura, como distinguir entre los colores primarios y cómo estos pueden mezclarse para que surjan los secundarios, realizándolo ellos mismos.

Permitir a los niños pintar de nuevo la fachada de la sede no es nuevo. Hace unos años, la anterior monitora, Ana Franco, tuvo la idea de permitir a los pequeños realizar por primera vez esta actividad. Ahora, tras el continuo deterioro y las pintadas que ha ido sufriendo la pared, varios comerciantes locales decidieron ayudar a la Asociación con la compra de la pintura, para que esta original iniciativa volviera a repetirse en el día de ayer.