La mujer de 71 años desaparecida el pasado lunes en el barrio de Los Bloques continuaba ayer, a la hora de cierre de esta edición, en paradero desconocido, después de que el operativo de búsqueda desplegado por las policías local y nacional, la Guardia Civil con perros adiestrados, voluntarios, familiares y amigos, no lograr encontrar rastro del paradero de la señora vista por última vez poco después del mediodía del pasado lunes por una vecina. La profusión de carteles con su foto y descripción colocados por toda la ciudad y las llamadas de los medios de comunicación locales no consiguieron dar con ninguna pista definitiva: es como si a Carmen Teófila Puga Lleras se la hubiera tragado la tierra.

La familia más cercana, su marido que está ingresado en el Hospital, sus tres hijos y su yerno, están viviendo con angustia estas largas horas en las que Carmen lleva desaparecida, sin encontrar explicación a lo que ha podido sucederle.

Carmen vive en el número 39 de la calle Cuba, con su esposo, que se encuentra ingresado en el Hospital Provincial. La rutina de Carmen era acercarse a ver a su marido hasta el centro sanitario hacia mediodía y luego por la tarde, como a eso de las cinco y media. La primera visita la realizó, estuvo con su marido, y se fue al parecer en dirección a su casa, porque una vecina recuerda haberla visto hacia las 12.10 horas en la zona del pabellón polideportivo de la Diputación. Es la última pista fiable sobre su paradero.

Llegan las cinco y media de la tarde del lunes, se hacen las seis, sigue pasando el tiempo y es cuando el marido de Carmen empieza a inquietarse. Avisa a los hijos, extrañado porque Carmen no apareciera ni hubiera avisado que no iría y éstos se ponen a buscarla por la zona. Sin éxito. Es cuando se deciden a dar aviso a la Policía, con el fin de poder localizarla. Durante toda la noche peinan el barrio y las zonas más próximas sin encontrar rastro de su paradero.

Carmen tiene el pelo negro, mide aproximadamente 1,50 metros, «es bajita», relata su hija Mari Paz, «anda encorvada. Iba, según la vecina que la vio con pantalones marrones y un jersey o chaqueta de color gris. Sufre parkinson, aunque nunca había tenido ningún episodio de desorientación: «Temíamos más que pudiera sufrir una caída, no que se desorientara». Se da la circunstancia de que Carmen posee teléfono móvil, aunque nadie contesta, «da como si estuviera apagado o fuera de cobertura».

La hora de la desaparición debe ser entre mediodía del lunes y primera hora de la tarde, porque «en casa no ha comido», señala su hija, por lo que la desorientación o el motivo que llevara a Carmen a tomar un rumbo que no permite dar con su paradero fue antes de esa hora. «Es una persona con movilidad muy reducida entonces no puede ir muy lejos, no puede caminar mucho y está sin medicación. De momento nunca se ha desorientado, la gente la vio normal, no nos lo explicamos no encontramos ninguna explicación de donde puede estar», relataba su angustiada hija.

Las labores de búsqueda se centraban ayer en distintos puntos de la ciudad. La zona de la Barriada de Asturias se peinó concienzudamente por voluntarios, por si pudiera encontrarse por el lugar. Es una de las zonas que ya recorrió su familia la primera noche, como la de Los Bloques, La Aldehuela o La Candelaria. Sin éxito. Ayer por la mañana, además de proseguir la búsqueda, la familia se centró en dar a conocer la desaparición de Carmen, pero ni aún así se pudo dar con su paradero. Hubo alguna pista, de alguien que apuntó la posibilidad de haberla visto en la zona de Víctor Gallego hacia las dos de la tarde o un taxista que tuvo una cliente que se le parecía, pero en ninguno de los dos casos se tuvo la seguridad de que fuera ella y las esperanzas se esfumaron.

«Nos extraña mucho que nadie la haya visto, no sabemos ni qué pensar», se sinceraban los familiares, ante la falta de una explicación plausible sobre lo que ha podido ocurrir a Carmen. En principio pensaron que quizá se había caído en algún lugar y no podía pedir ayuda, pero a medida que pasan las horas sin que nadie la haya visto, las hipótesis se van cerrando, porque tampoco parece fácil que pase desapercibida por la ciudad con la difusión que ha tenido el caso.

«Nos extraña mucho que nadie la haya visto; la verdad es que no sabemos qué pensar»

<Mari Paz >

Una hija de Carmen