El conocido como Tren de la Fresa atravesó ayer la provincia de Zamora de paso desde Madrid hasta Ferrol, donde mañana, día 5, participará en los actos organizados con motivo de la conmemoración del centenario de la línea férrea entre esa ciudad gallega y Betanzos. A las seis y media de la tarde pasaba por la capital zamorana el convoy, más concretamente los vagones, arrastrados por modernas locomotoras diesel, y no por la de vapor que es la encargada de proporcionar gran parte del encanto a la composición del tren turístico. Conocido como el Tren de la Fresa, este convoy evoca la puesta en marcha de la segunda línea férrea de la Península Ibérica, inaugurada en febrero de 1851 con objeto de comunicar la capital de España con el Real Sitio de Aranjuez, atravesando las localidades madrileñas de Getafe, Pinto, Valdemoro, Ciempozuelos y la toledana de Seseña.

Locomotora de vapor aparte, la composición del Tren de la Fresa se completa con cuatro coches de viajeros tipo Costa, un furgón D y un vagón tipo J , convenientemente restaurados. Los coches Costa forman parte de la serie que la extinta MZA (Compañía de ferrocarriles Madrid Zaragoza Alicante) adquirió entre los años 1914 y 1930 con el objeto de modernizar el parque de material remolcado para servicios de cercanías.

El paso del Tren de la Fresa por Zamora sirve también como reflexión para volver a estudiar la posibilidad de poner en marcha un ferrocarril de contenido cultural, como los que existen en otros puntos del país. Cierto es que se intentó, a partir de septiembre de 2005, poner en marcha el denominado Tren del Románico, diseñado como un viaje que permitiera a los viajeros procedentes de Madrid conocer los atractivos monumentales y culturales de la propia capital y Toro. La iniciativa, que en principio podía haber tenido su atractivo y contaba con el apoyo decidido del Patronato Provincial de Turismo que lidera la Diputación no cuajó y el Tren del Románico pasó a mejor vida.

La idea era ciertamente muy similar, aunque sin un tren con el encanto que tiene el de la fresa. Además de los vagones de madera, a los que no falta detalle, el viajero se remonta a otras épocas gracias a la ambientación general. Las azafatas van vestidas de época y sirven productos típicos de Aranjuez a los viajeros. Estos, con el precio del billete, tiene derecho no solamente al viaje en tren desde Madrid a Aranjuez, sino también la visita guiada a la ciudad, el Palacio Real y el Museo de Falúas con todos sus desplazamientos.

La Asociación Ferroviaria Zamorana (www.afzamorana.es) ha seguido el paso del Tren de la Fresa por todas las estaciones a su paso por la provincia. Este fin de semana estará en Orense, en un encuentro de modelismo tripulado y también en Ferrol, el destino del Tren de la Fresa, en el Congreso de la Federación de Asociaciones de Amgios del Ferrocarril.