«La Ley Antitabaco está haciendo ya efecto. En la encuesta nacional de sanidad se ve que ha seguido descendiendo el número de fumadores, sigue aumentando la gente que quiere dejar de fumar y tenemos ya los primeros datos reales por ejemplo de infartos de miocardio que hay al año, que se ha visto que han disminuido con la aprobación de la nueva ley». Así lo cree el responsable de la Unidad de Deshabituación del Tabaco del Complejo Asistencial de Zamora, Fidel Martínez Toribio, uno de los profesores del curso de formación iniciado ayer por farmacéuticos de la provincia con el fin de poder ayudar a sus clientes a terminar con tan perjudicial hábito.

«La ley, añade Martínez Toribio, lo que ha hecho es sobre todo a corto plazo evitar el tabaquismo pasivo, es decir, no fumadores que estaban inhalando humo y estaban contrayendo enfermedades por el humo de los demás. Ahora mismo ya respiran aire sano, su salud lo nota y a nivel estadístico ha llevado a que haya un descenso del número de infartos». Un dato, explica, que «no nos coge de sorpresa porque en todos los países donde se habían aprobado estas leyes era uno de los primeros efectos que se veían, en pocos años. No obstante, las grandes consecuencias las notaremos en diez o quince años si sigue esta tendencia de disminución del número de fumadores y también del tabaquismo pasivo, porque esté prohibido fumar en todos los sitios cerrados».

Todo ello, advierte, «si no hay retrocesos en la ley». La legislación restrictiva del uso del tabaco, junto con el aumento de la fiscalidad de este producto son «las dos grandes armas que tenemos para hacer que se fume menos y sobre todo para evitar que se incorporen nuevos fumadores». El aumento de la fiscalidad del tabaco es «otro dato que en todo el mundo se sabe desde siempre: la subida del precio del tabaco disminuye el consumo, y esto en España también lo sabemos, en los últimos cinco o diez años el precio de la cajetilla de tabaco ha aumentado». La incorporación de los farmacéuticos al resto de personal sanitario, fundamentalmente médicos de cabecera, que ayuda a dejar de fumar a las personas interesadas es vista positivamente por Fidel Martínez. Todavía más de un 95% de las personas que quieren dejar de fumar lo hacen por su cuenta y sin ayuda de personal sanitario ni de terapias farmacológicas o psicológicas. Sin embargo, explica, «la ayuda de un profesional sanitario multiplica el índice de éxito de las personas que tratan de dejar el hábito. Y los tratamientos farmacológicos y psicológicos incrementan asimismo un 30% las posibilidades de éxito».

La directora técnica del Centro de Información del Medicamento del Colegio de Farmacéuticos de Zamora, Beatriz Martín Ballesteros, indicó que la implicación de las farmacias responde a la demanda de los usuarios que piden consejo para dejar de fumar. «El pico de mayor consumo de tabaco del país se encuentra en las personas de entre 25 y 35 años, jóvenes que no tienen percepción de enfermedad. Posiblemente como se puede llegar a ellos de forma más fácil es desde las oficinas de farmacia».