Poco más de un cuarto de hora duró la sesión extraordinaria de ayer en el Museo de Semana Santa, donde la asamblea dio amplio margen a la Junta de Cofradías para solicitar un crédito de 80.000 euros y solucionar parte de los problemas económicos que arrastra el órgano. Quince minutos para formular el rezo de preces, pasar lista a los 80 miembros de la asamblea y pedir la confianza mayoritaria de los presentes.

Así, catorce fueron las hermandades que avalaron la iniciativa de la Junta pro Semana Santa con 71 votos a favor. La Resurrección y parte de los directivos de Luz y Vida se abstuvieron. «La junta directiva se reunió y dimos libertad de voto», justifica Jesús de la Concepción, presidente de la hermandad. Ambas cofradías ya se abstuvieron en el consejo rector que tuvo lugar el lunes como filtro previo de la asamblea de ayer.

Como ya es sabido, el crédito que la Junta pro Semana Santa pedirá a Caja Rural tiene un importe de 80.000 euros, la mitad para devolver las cantidades que varias cofradías -Santo Entierro, Nuestra Madre, La Esperanza y Vía Crucis- pusieron para ayudar al órgano gestor a afrontar la contratación de las bandas de música. Es decir, que unos 40.000 euros de esta cuantía irá a las arcas de estas hermandades, 13.000 al Santo Entierro, que recupera así los 20.000 que puso sobre la mesa de la Junta.

La otra mitad tendrá un claro destino: pagar las facturas que están en el cajón del Museo de Semana Santa, algunas de ellas «de 2008», tal y como admiten los directivos del órgano. Ya es sabido que algunos de los proveedores han iniciado trámites judiciales para poder cobrar y existe malestar entre algunas bandas de música, que tienen varias actuaciones pendientes de abono.

«Vamos a intentar pagar todo y empezar de cero», advirtió Antonio Martín Alén en la motivación de esta iniciativa. La solicitud de una línea de crédito no es nueva. El anterior presidente tomó una decisión similar, aunque varias cofradías le afearon a González Poza que no pidiera permiso para realizar los trámites. Este asunto fue a más y se convirtió en motivo principal de la moción de censura que lo desalojó del cargo. Ayer, el ambiente era otro, mucho más distendido. Manos arriba para confiar en el crédito y pies ágiles para ver el partido de fútbol de Copa del Rey.