Se acerca la Navidad y, como sucede año tras año, empiezan a sucederse las tradicionales cenas de empresa o de grupos de amigos. Se trata de una tradición que, pese a todo, parece sobrevivir a la crisis. Pese al cierre de muchos negocios o el hecho de que muchos zamoranos hayan perdido su empleo durante 2012, el para muchos peor año de la crisis, los zamoranos que continúan con empleo no han prescindido -por lo general- de la reunión con sus compañeros de trabajo.

Ricardo González, trabajador de un restaurante de la ciudad, confiaba en que el número de reservas «aumente» a partir de la semana que empieza hoy, «como es tradición, porque no se suele reservar antes». González afirma que en su restaurante «se espera contar con una cantidad de clientes similar a la del año pasado» pero eso se verá «cuando se empiecen a formalizar las reservas». Al igual que en otros restaurantes de la ciudad, en este se ha hecho una decidida apuesta por la calidad para fidelizar a los clientes que ya acudieron otros años, que por lo general «se fueron muy contentos».

Antonio Mata, otro zamorano dedicado al sector de la hostelería, apunta que «se ha notado que hay menos reservas», pero confía en que «la gente se anime a partir de esta semana, porque ahora muchos dejan la reserva para el último momento pensando que no va a haber problemas». Eso sí, este hostelero apunta que ahora el punto que centra todas las miradas de los que quieren cenar con los compañeros de trabajo es el precio. «La gente ahora compara mucho más porque ahorrarse un poco de dinero puede ser mucho», afirma, por lo que «es bueno ofrecer distintos tipos de menú para atraer el mayor número posible de clientes».

«El ritmo de reservas es similar al de años pasados, porque en Zamora no hemos destacado nunca por tener todas las mesas cogidas tres meses antes de la cena», afirma un tercer hostelero de la ciudad. «Eso sí, ahora los menús que se piden son bastante diferentes de los de hace unos años, cuando los que venían querían comer bien y casi no miraban el precio». Ahora, según este camarero, «se piden muchos fritos, algo que llene y que no sea muy caro, y hay otras cosas a las que les vamos a dar menos salida, aunque nunca se sabe por donde pueden venir los tiros...», comenta. Y es que aquellas cenas de más de 40 euros por menú pueden contarse hoy en día con los dedos de la mano. «La demanda está entre los menús de 20 y 30 euros, pocos se quieren gastar más».

Prácticamente ningún restaurante ha notado grandes diferencias con respecto al año pasado, pero estas sí que se han agudizado en relación con las navidades previas a 2009. «Antes sí que convenía reservar porque si no te quedabas fuera», apunta Antonio Mata. Ahora, «quitando las fechas más especiales, seguramente haya sitio». Los trabajadores del sector esperan que la gran mayoría de eventos de este tipo se concentren en los fines de semana a partir del próximo, cuando las fiestas de Navidad estarán ya mucho más cercanas. «El fin de semana de antes de Nochebuena» y el previo a Nochevieja concentrarán gran parte de la actividad. Los hosteleros confían en un buen mes de diciembre que sirva para maquillar los resultados de un año en el que, según los consultados, la crisis ha golpeado al sector.