-En el ámbito de las empresas de comunicación que conoce de primera mano, ¿los medios locales van con los tiempos o a remolque de los europeos?

-Las empresas españolas de comunicación se han modernizado a la par que las europeas. Quizá nuestro problema sea un excesivo atrincheramiento en posiciones políticas o empresariales. Ahí está el origen del retroceso en la credibilidad que hemos experimentado en España como profesión.

-La formación de los profesionales está en el punto de mira en la actual situación de crisis, ¿deben darse por aludidos también los periodistas.

-Estudiar periodismo es imprescindible, pero es insuficiente. Debe haber una actualización constante y me impacta saber que algunos sindicatos escandinavos negocian una semana sabática para poder asistir a cursos y reciclarse constantemente.

-«Se necesitan buenos informadores...». Es una frase que se escucha cada vez más, ¿por qué?

-Se necesitan buenos informadores y, en general, buenos líderes. Precisamos de personas capaces de convencerse y de convencer a los demás de que este país tiene enormes posibilidades. Muchas veces, descuidamos ese aspecto y provocamos una crisis psicológica con continuas informaciones negativas.

-¿Un exceso de conformismo por parte de los informadores?

-Ha habido una prensa que ha tratado de ganar lectores sobre el sensacionalismo y, lo que es más grave, sobre la falta de respeto a las personas, las empresas y las instituciones. Creo que ahí arranca el problema de la pérdida de credibilidad.