«Los denominados gitanos zamorano, aquellos que proceden de la provincia y que han emigrado a Galicia, tienen un nivel cultural, educativo y de integración social más alto que la media», explica José Ignacio Primo, autor del libro «Gitanos. Una convivencia difícil», que ayer se presentó en un acto público en la Biblioteca Pública del Estado y en el que el escritor estuvo acompañado por Andrés Luis Calvo y por Rafael Salazar.

El estudioso zamorano, en base a un informe realizado desde el gobierno regional gallego, señala que «se trata de unos gitanos invisibles en su mayor parte, que están incorporados a la sociedad y que viven sin generar problemas». A este respecto añadió que la mayoría de la población calé que reside en la provincia de Zamora «está integrada en la sociedad, como sucede en la comunidad existente en los barrios bajos, aunque también hay otros en situación de marginación», un segmento que «en Castilla y León, Extremadura, Portugal y en las zonas suburbiales de las grandes ciudades implica focos de conflictos», asegura Primo. El experto, que en el libro aporta testimonios en primera persona gracias a sus vivencias con gitanos, opina que «son zonas de mayor atraso y de una menor incorporación a la sociedad con respecto al resto de España porque existe un atraso cultural, tanto gitano como no gitano, que dificulta la convivencia». «Las dos comunidades tienen prejuicios sociales que todavía son incapaces de superar», esgrime.

Primo Martínez en su publicación precisa que existe constancia de la presencia de la comunidad gitana en la provincia desde el siglo XVII. «El monarca Felipe V fija una serie de ciudades donde tienen que residir de manera continua y les obliga al asentamiento en unas poblaciones concretas, entre ellas Toro». En un documento posterior «ya aparecen Toro y Zamora», aunque, observa Primo, «siguieron moviéndose al dedicarse a las labores del campo». En este sentido menciona que «desde que tengo uso de razón los gitanos han sufridos reconversiones laborales brutales porque desaparecieron los mercados de ganado y tuvieron que arreglárselas como pudieron».

El experto añade que actualmente «hay crisis en la venta ambulante y se están adaptando a otras dedicaciones como puede ser la compra y venta de oro» al tiempo que manifiesta: «Afortunadamente hay más gitanos que se incorporan al trabajo e incluso que estudian», dado que la Constitución de 1978, cuyo artículo 14 alude a la igualdad de los ciudadanos ante la ley y que aparece en la primera página de libro tanto en castellano como en romanó, ha propiciado «la aparición de asociaciones, que han calado mucho en este colectivo», defiende a la par que se muestra esperanzado con el futuro de la asociación Lachó, fundada en la ciudad en los años 90.