Comerciantes de la capital han denunciado lo que consideran «competencia desleal» de una empresa dedicada a la venta de colchones, somieres, canapés y almohadas, cuya identidad no se indica ni en los bajos que ocupa ni en los folletos publicitarios buzoneados por la ciudad, con sede improvisada en la Ronda de San Torcuato (en un local situado junto al centro médico).

Los empresarios dudan de que la «licencia provisional» que ha otorgado el Ayuntamiento de Zamora sea suficiente como para ejercer esa actividad, anunciada para «solo» tres días (jueves, viernes y sábado) y que ya se ha prorrogado al menos tres semanas. Las críticas se centran en que «no harán frente a los impuestos y las tasas que se exigen al resto de negocios instalados en la ciudad», ya que «abandonan la localidad en cuanto han vendido todos los artículos», como ha sucedido en otras ciudades de la región, apuntas. Los comerciantes dudan de que los colchones sean de la calidad que el público cree, dados los bajos precios (89 euros los «viscoelásticos» que costaban 349 antes de la liquidación, según su propia publicidad), y que el consumidor pueda reclamar posibles desperfectos en el futuro.

Uno de los responsables de esta tienda, que ha rehusado especificar el nombre de la firma y prefiere mantener su anonimato, si bien han detallado que «somos de Madrid», sostiene que su actividad es perfectamente legal, «en las facturas se especifica el CIF, un teléfono y soporte de postventa. Yo pago todos los impuestos, ahora, lo que no puedo tener es un Mercedes, pero sí pagar a mis empleados». Explica esta actividad, de «los propios trabajadores» según la propaganda repartida -en la que se justifica como derivada de «las dificultades económicas de la empresa en la que trabajábamos»- porque con el dinero «podremos pagar a los trabajadores», indicó ayer a este diario. «Estamos vendiendo no para sacar beneficios», declaraba esta persona para justificar los bajos precios de los artículos y negar la competencia desleal, «sino para que los trabajadores puedan hacerlo directamente sin intermediarios». Con los ingresos obtenidos «se va pagando a proveedores y los sueldos», insiste para concluir que «me gustaría tener dinero para montar una tienda bonita, pero no hay».