Con la presentación oficial de la obra escultórica «Nerón y Séneca» en el Museo de Zamora arrancaron ayer los actos conmemorativos de la muerte del escultor zamorano Eduardo Barrón, acaecida en Madrid el 23 de noviembre de 1901.

Las celebraciones programadas por el centenario incluyen durante el primer trimestre de 2012 un ciclo de conferencias bajo el epígrafe «Eduardo Barrón: Su vida y su obra». En ellas intervendrán la jefa del departamento de escultura del Museo del Prado, Leticia Azcue, personal responsable de la restauración del grupo escultórico que ahora se exhibe en el Provincial, el nieto del artista, Evaristo Muñoz Barrón, el sobrino-nieto del escultor, Alejandro Beláustegui, así como el historiador zamorano Miguel Ángel Mateos y el escultor Ricardo Flecha. Además, el Museo de Zamora desde octubre dedica su pieza del mes en la obra «Nerón y Séneca» y lleva a cabo explicaciones del grupo en la actividad «Venquetecuente», que se realizan los fines de semana para todos los visitantes y previa petición para grupos el resto de los días.

En el acto de presentación de la obra, cedida por el Prado al Museo de Zamora, el director de Políticas Culturales de la Junta de Castilla y León, José Ramón Alonso, afirmó que gracias a las sucesivas donaciones de la familia del artista, la primera efectuada por Eduardo Barrón Casanova, hijo del escultor, en la década de los 60, y la segunda producida en 2004 por parte de los descendientes del creador nacido en Moraleja del Vino, «el Museo de Zamora es el lugar idóneo para el estudio de Barrón».

Por su parte la jefa de conservación de escultura del Museo Nacional del Prado, Leticia Azcue, destacó que con la restauración del grupo de «Nerón y Séneca», con el que Barrón obtuvo la medalla de oro de la exposición de 1904, desde el centro madrileño «se rinde homenaje a un artista que fue fundamental en la historia del Prado, puesto que fue conservador de escultura y restaurador del Museo». Recordó que el zamorano fue «el autor del primer catálogo de la colección de escultura del Prado en 1908, que se editó tras una meritoria y erudita labor de investigación». Respecto a la mejora del grupo, realizado en escayola y propiedad del Prado, subrayó que «ha sido una ardua labor de dos años llevada a cabo por la restauradora María José Alonso» y en este proceso «ha sido fundamental la colaboración del Museo de Zamora», que permitió tomar fotografías del boceto en bronce que conserva, lo que «nos permitió conocer con exactitud cómo eran los dedos de la mano derecha de Séneca», precisó. La experta indicó que «el laborioso trabajo permite conocer la gran calidad artística y el fortísimo contraste entre ambas figuras».

Eduardo Barrón «vive en nosotros y para nosotros». «Solo se nos ha ido la figura, puesto que su espíritu permanece a través de la contemplación de sus obras», indicó el nieto del artista, Evaristo Muñoz Barrón, que aseveró que la exhibición de «Nerón y Séneca» en Zamora «es un sueño hecho realidad». El portavoz de los descendientes señaló que «la familia se siente agradecida al Museo de Zamora, porque ha sido y es nuestro hogar. Todas las obras que teníamos diseminadas por nuestras casas se encuentran ahora reunidas y conservadas para siempre» en el centro cultural al tiempo que aseguró: «Tenemos la garantía de que las instituciones velarán por ellas siempre». Reconoció que inicialmente los descendientes pensaron crear una función para divulgar la obra de Barrón, pero «al pertenecer las piezas a diversos museos y administraciones, vimos que era utopía de llevarla a cabo».

El nieto del escultor puntualizó que «la familia va a seguir divulgando la figura de Eduardo Barrón a través de un blog, un vehículo que hemos comprobado que tiene una gran proyección» y señaló: «Zamoranos, la familia os tenemos sana envidia porque tenéis uno de los iconos de nuestro abuelo. Él no descansó hasta ver en su tierra a su querido Viriato, y ahora tenéis su obra más premiada» e indicó que Eduardo Barrón sentiría «el orgullo de sentirse zamorano y hoy nos hacéis sentir a su familia, más zamorana, y nos gustaría que os sintierais todos vosotros también más Barrones».