La mal llamada crisis de los pepinos, la intoxicación por la bacteria e. coli que afecta a Alemania, ha traído en jaque a los productores de verduras españoles en las últimas semanas y, como toda alarma alimentaria, también ha dejado su poso entre la población. Una de las personas que más luz puede arrojar sobre estos hechos es José Ángel García Rodríguez, catedrático de Microbiología, presidente de la Real Academia de Medicina de Salamanca y, a partir de la semana que viene, miembro de la Cofradía de los Caballeros Cubicularios de Zamora.

- Nos solemos acordar de los microbiólogos como de Santa Bárbara cuando truena, en este caso cuando ha aparecido la e coli en Alemania. ¿Qué es este «bichito»?

-El escherichia coli es una bacteria enormemente práctica y además es muy ubicua, de tal forma que podemos decir que forma parte de nuestra flora comensal habitual normal en el intestino. Nosotros la llevamos en el intestino en cantidades enormes, de bastantes millones de bacterias que nos sirven de protección frente a otras bacterias más agresivas.

- Pero también crean perjuicios.

-Al mismo tiempo, desde el punto de vista de la acción patógena hay algunas cepas que tienen una especial apetencia por el aparato urinario, otras por el aparato digestivo y dentro del aparato digestivo hay una versión o unas cepas que son no solamente enteropatógenas, es decir capaces de provocar diarrea o afección gastrointestinal sino al mismo tiempo de provocar unas afecciones hemolíticas graves, pudiendo ocasionar, en personas que tienen disminuidas sus defensas, una gravedad importante. Este tipo de bacteria ha sufrido alguna modificación respecto de las del principio, una modificación genética que le hace ser tan agresiva y que tiene antecedentes ya en distintos brotes que han aparecido en diferentes países.

-¿Por ejemplo?

-En Estados Unidos, por comer hamburguesas o en Escocia recientemente por comer carne que estaba contaminada. En general va siempre más en relación con productos cárnicos que con productos vegetales, pero no cabe duda que los vegetales pueden estar contaminados por las heces o por las aguas residuales que puedan haber estado en contacto con animales y por lo tanto transmitir la enfermedad. El origen es muy difícil de determinar. Llegará un momento en que se pueda saber, pero lo que le hace tan difícil es que cualquier alimento que haya estado en contacto con aguas residuales puede ser vehículo de esta bacteria.

-O sea, no es que los alemanes sean tardones, sino que no es fácil dar con el origen.

-No es fácil porque son muchísimos factores los que aparecen implicados. Entonces, aparecen en principio en cualquier producto que pueda estar en el mercado y que se encuentra en la zona donde se ha detectado el brote. Cualquier producto es sospechoso. Y por lo tanto hay que hacer la búsqueda respectiva. Y luego estudiar la trazabilidad de los productos para sabe dónde puede haber estado el origen.

-Por eso es tan importante el trabajo a veces poco conocido de asegurar la trazabilidad, para saber de dónde viene un producto.

-Hombre, yo creo que si. Y en ese aspecto en España, en el caso concretamente de las hortalizas estamos en una situación avanzada de ofrecer productos de calidad. Hay un control de calidad exhaustivo muy grande. No podemos olvidar que España es la huerta de Europa y por lo tanto los controles que se hacen se hacen siempre muy exhaustivos de tal manera que no es fácil, pero bueno, puede haberse escapado en algún momento, en el hipotético caso de que pudiera corresponder a algún vegetal procedente de España, como se dijo en un principio.

-Para ver si un producto está contaminado, ¿las pruebas del laboratorio son lentas, tardan mucho?

-En principio el tiempo no es muy largo. Nosotros diagnosticamos infecciones urinarias en el hospital en un periodo de entre 24 y 48 horas, que es lo que se tarda en identificar al organismo responsable. El problema de la crisis alemana es saber si ese microorganismo está ahí y de dónde procede. Por eso la trazabilidad epidemiológica es esencial, el trabajo epidemiológico es fundamental para poder determinar el origen.

Alba de Tormes (Salamanca), 1940

Cursó medicina con premio extraordinario en la licenciatura y el doctorado. Catedrático de Microbiología y Parasitología, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca y Jefe de Departamento de Microbiología Clínica del Hospital Clínico Universitario desde 1972. Ha desempeñado distintos cargos académicos y es autor de numerosas publicaciones. Es el presidente de la Real Academia de Medicina de Salamanca. El próximo 18 de junio ingresará en la Real Cofradía de Caballeros Cubicularios de Zamora.

- ¿Cómo se combate este tipo de bacterias, hay antibióticos o una vez que avanza la infección poco se puede hacer?

-Sí, hay antibióticos. Lo más importante como en todas las enfermedades infecciosas es realizar una prevención adecuada. Entonces yo creo que si hay prevención, si existe buena limpieza de manos, si existe una buena higiene ambiental, independientemente de la higiene individual, todo eso influye considerablemente. Y luego, naturalmente, cuando surge la infección cabe la posibilidad de hacer tratamiento con antimicrobianos, lo que ocurre que concretamente esa cepa se ha visto que es bastante resistente a los antibióticos.

-Dicen que las bacterias se acostumbran, o aprenden a resistir los antibióticos.

-Bueno, son resistentes. Probablemente sean, este sentido, resistencias naturales en este tipo de microorganismos, pero en otros no, es consecuencia del uso indiscriminado de los antibióticos.

-¿Por qué puede llegar a matar la e coli?

-Adquieren un genio especial muy virulento y agresivo y esto da lugar la lesiones hemolíticas, afectaciones del riñón y afectaciones generales y por eso se produce una septicemia que en un momento determinado puede ser mortal. Va acompañada también por la destrucción de hematíes que viene de la característica propia de estas bacterias que son entero hemolíticas.

-¿Estaríamos preparados para afrontar en España una crisis sanitaria como la de Alemania?

-Si, bueno. En ese aspecto tanto en España como en Alemania y los países europeos la tecnología existente para el diagnóstico es muy avanzada. El problema es encontrar muchas veces cuál es el origen, porque en el resto estamos preparados para hacer el diagnóstico, para hacer la prevención, la profilaxis y por supuesto para hacer el tratamiento adecuado.

-¿Porque nos dan tanto miedo este tipo de bacterias o virus, que parecen incontrolables?

-No es que sean incontrolables. El problema es cuando existe una parte de desconocimiento dentro del origen. Cuando es algo desconocido asusta un poco más. Cualquier proceso epidemiológico que aparece con unas características especiales, como puede ser la famosa legionelosis, como la gripe porcina última que hemos tenido, la gripe aviar todo esto, el hecho de que lo que aparezca sea un poco extraño en un momento determinado y que se trate de bacterias o micoorganismos que han cambiado de look o de virus que son ligeramente distintos, que tenían un comportamiento definido y después tienen otro tipo de comportamiento, eso siempre asusta un poco. Sobre todo cuando se puede desbordar y existen dificultades de poderlo controlar. Pero vamos, en este caso no creo que eso sea posible. Da la impresión además que está remitiendo el problema.

-Aunque no es puramente un problema científico en esta crisis se ha demostrado la importancia que tiene la política de comunicación de los datos sobre este tipo de procesos. ¿Cómo hay que informar a la población en estos casos?

-Ahora, el hablar de oscurantismo en este momento es un poco difícil, con las posibilidades de transmisión tan rápida, con la televisión, con la radio. Las noticias circulan a una velocidad que antes no lo hacían. Bueno, hay que dar los datos con un poco de cuidado y evitar que una cosa que es un verdadero brote epidémico en un momento determinado se convierta en un brote mediático, que es lo que está sucediendo en este caso como ocurrió con la legionelosis, como pasa con el sida en múltiples ocasiones o como sucedió con la gripe. Hay que informar lo justo. Ahora, ¿Dónde está la línea esa que separa lo que es la información justa del exceso o el defecto?. Es muy difícil de marcar.

-¿Somos miedosos, como sociedad?

-Los temas sanitarios siempre son muy mediáticos. Entonces, conviene mantener en guardia a la población. Pero de ahí a pasar a una situación de alarma va un paso y hay que tener muchísimo cuidado.

-Cambiando de asunto, dentro de pocos días ingresará en la Cofradía de los Caballeros Cubicularios de Zamora, apadrinado por el zamorano Jesús Honorato, que precisamente dentro de poco también ingresa en la Academia de Salamanca.

-Para mi ingresar en la Cofradía supone pertenecer a un grupo de personas que están muy comprometidas con la sociedad, y que están muy comprometidas también con la religión y que además son personas muy relevantes, casi todas de Zamora y algunas otras que nos acercamos allí desde otras provincias próximas. Pero yo creo que lo más importante es encontrarse dentro de un grupo de estas características. Me lo propuso García-Faria y yo lo he aceptado con mucho gusto.