Para evitar disensiones internas, las tres últimas hermandades exclusivas de varones que restaban en la Semana Santa sevillana pidieron al Arzobispado que promulgara un decreto para obligarlas a admitir a mujeres y dar un paso histórico en una Pasión con una estructura de marcado carácter tradicionalista. Satisfecho por este cambio, el Consejo General de Hermandades ha aprovechado la ocasión para «animar» al resto de cofradías de todo el país a que admitan a mujeres en sus filas para «lucrarse de la riqueza que aportan las mujeres». La resolución dictada por el arzobispo Juan José Asenjo entrará en vigor el próximo dos de marzo y dejará Zamora, prácticamente, como único ejemplo de veto femenino en algunas de sus cofradías dentro de las celebraciones con mayor fuste histórico de todo el país.

Dentro de Andalucía, Sevilla continuaba simbolizando la resistencia a la admisión de mujeres, después de que, no sin esfuerzo, ciudades emblemáticas como Málaga dieran un paso al frente relajando el veto hasta disponer la plena igualdad. «La iniciativa ha partido de las propias cofradías —Silencio, Quinta Angustia y Santo Entierro—, que han pedido al arzobispo que tomara esta decisión para evitar enfrentamientos con hermanos de ideas más tradicionalistas y conservadoras», explica Manuel Nieto, secretario y portavoz del Consejo General de Hermandades, quien añade que «con este decreto, el problema queda resuelto».

Oferta y demanda

De esta forma, la Pasión sevillana tiene una «valoración muy positiva» de este cambio, aunque entienden que «ha causado más repercusión fuera que dentro de las cofradías, porque ya estaba asumido y la participación femenina es habitual». En todo caso, el Consejo de Hermandades sostiene que es «normal» que la Semana Santa de otras diócesis del país se hayan adelantado en dar este paso. «Si acudimos a un término económico, esto es la ley de la oferta y la demanda, y las cofradías que han admitido mujeres antes era por pura necesidad, ante la falta de hermanos», explica Manuel Nieto. Una de las referencias en este sentido es Cartagena, donde hace años que la igualdad es real, después de que la mujer diera un impulso a la celebración y garantizara su futuro.

En cuanto a las cofradías que mantienen una composición exclusivamente masculina, el Consejo General las «anima» para que cambien la situación, porque «el protagonismo de la mujer mejora en todos los sentidos la vida de la hermandad». El portavoz Manuel Nieto añade que «las cofradías de Zamora pueden crecer en espíritu y hermanos con la admisión femenina» y apunta que «la defensa de la tradición para vetar a la mujer tiene los pies muy endebles».

Desde la Federación de Asociaciones de Mujeres Cofrades celebran el cambio, pero opinan que «es lamentable» que las cofradías «tengan que sentirse obligadas por un decreto para poner fin a la discriminación histórica de la mujer en la Semana Santa».