«Un pelín más floja que el año anterior. No podemos ser optimistas, pero tampoco demasiado catastrofistas». Con estas palabras definía el presidente de la Asociación Zamorana de Empresarios de Comercio, Azeco, la campaña navideña recientemente finalizada, que concluye con una estimación de descenso de ventas en torno a entre un tres y un cinco por ciento. Para llevar a cabo este tipo de estimaciones Azeco contacta con algunos comerciantes que pueden ser significativos y establece unas líneas aproximadas tanto de cómo van las cosas como de la previsión para el futuro. El hecho es que el sector del consumo se encuentra en una situación de práctico estancamiento, con caídas no demasiado bruscas, al menos después del frenazo que se produjo hacia el año 2009, en el comienzo de la crisis. A partir de ahí las cosas han ido empeorando, aunque actualmente de forma más suave, a la espera de que la recuperación económica cambie la tendencia.

La misma receta vista en la campaña de Navidad se puede aplicar para la temporada de rebajas, que se inicia hoy en toda la provincia y gran parte del país y que se prolongará hasta finales de febrero. Boizas habla de un descenso estimado de las ventas de entre un tres y un cinco por ciento, y un gasto por persona que puede rondar entre los 85 y los 90 euros. Hay que tener en cuenta que las rebajas de invierno, junto con la campaña de navidad, suponen un alto porcentaje de la cifra de negocio anual, sobre todo en los establecimientos comerciales de determinadas ramas de actividad, como puede ser regalos o ropa. Para los consumidores supone, asimismo, una buena ocasión para renovar el armario por poco dinero y desde luego, de forma mucho más barata que en los momentos álgidos de la temporada.

Aunque hay descuentos bastante elevados desde el primer momento, en general las rebajas empiezan de forma suave, aunque con más surtido de productos. A medida que avanza el tiempo los descuentos alcanzan porcentajes mucho mayores, si bien muchos de los «chollos» más interesantes han podido «volar» a manos de los más madrugadores. Es más o menos la dinámica que suele llevar el periodo de rebajas, un campo en el que no se puede establecer tampoco un patrón definido, por la gran competencia existente.

Este año la temporada no presenta ningún cambio normativo relevante y sigue regulada por la legislación comercial autonómica. Boizas recuerda, no obstante, que la temporada de ventas a precio de gangas no significa que valga todo. «El consumidor tiene los mismos derechos que en cualquier otro momento del año. El producto debe ser exactamente el mismo, los medios de pago utilizados, los habituales, y las normas de cambios y devoluciones, igual en tiempos de rebaja que en los que no lo son».