El zamorano Federico Pastor, experto en la figura de san Pablo, presentó su último libro, «Para mí, vivir es Cristo», alrededor de la figura del santo, a cuyas enseñanzas aconseja volver para regresar a la esencia de la fe cristiana.

-¿Es necesario retomar ahora la figura de san Pablo?

-No con mi nuevo libro, pero sí que es siempre muy bueno echar una ojeada lo más actual que se pueda al pensamiento de este hombre que, como he dicho otras veces, es el mejor teólogo que ha producido el cristianismo.

-¿Qué se puede encontrar el lector en su libro?

-Intenta ser un resumen de lo que San Pablo decía, pensaba y sentía, nada menos, aunque no es una biografía. Además, intenta ser algo actual, en el sentido de que se detecten en el pensamiento de san Pablo aquellos puntos que hoy día para los cristianos puedan tener más relevancia.

-¿Y qué puede enseñar a la sociedad actual?

-Lo básico y principal, centrándose en los puntos importantes, como son Jesucristo, Dios y el Espíritu. Si uno se atiene a lo que san Pablo hablaba sobre esto, curiosamente, es enormemente actual, porque lo que ha ocurrido es que se han ido superponiendo cantidad de cosas que incluso han dejado de tener relevancia. Él va a lo radical, lo básico del cristianismo.

-¿Eso fue lo que le cautivó de la figura de san Pablo?

-Exactamente eso. Iba al núcleo del asunto y luego ya vería lo que ocurría con todo lo demás.

-Al contrario de lo que hacen muchas personas públicas en la actualidad.

-Marean la perdiz y se quedan en la superficie. San Pablo va a lo que va y además con otra particularidad, que es adaptándose a los distintos ambientes en los que él se movía y con las personas que trataba. Eso es un ejemplo para tomar de modelo. En la Biblia pasa lo mismo, que la palabra de dios se va manifestando y revelando en las distintas situaciones históricas.

-¿También puede tener actualidad la Biblia?

-La misma palabra de dios hoy, en otras circunstancias muy diferentes, también sirva. El conocimiento que tenemos ahora del ser humano no es comparable al de hace dos mil años y tenemos que hacer que la palabra de dios tenga algo que decir a las personas de hoy.

-¿Y qué pensaría san Pablo de la Iglesia actual?

-Se cabrearía muchísimo, porque muchos de los jerarcas de la Iglesia se van por las ramas, justo lo contrario a lo que él hacía.

-¿El que la Iglesia haya perdido esa esencia que se destaca en la época de san Pablo puede haber influido al rechazo actual de parte de la sociedad?

-En lo básico no ha perdido la esencia, pero por todas las adherencias que ha sufrido a lo largo del tiempo ha perdido el puesto y la audiencia que ha tenido en su momento. Además, el lenguaje que utiliza y sus actos no son entendidos y levanta ampollas. Allí donde la Iglesia sí está dando testimonio es diferente.