Fue la semana pasada, en la recepción organizada por el embajador de Méjico en Madrid, Jorge Zermeño, con motivo del 200 aniversario de la independencia del país. Entre los invitados, el ex presidente del Gobierno, Felipe González, quien sugirió que la solución para acabar de una vez por todas con el narcotráfico y sus consecuencias pasaba por legalizar el consumo de las drogas a nivel internacional. Las reacciones no se han hecho esperar y juristas y trabajadores de centros de rehabilitación de la ciudad ven esta posibilidad como totalmente inviable.

El presidente de la Audiencia Provincial, Luis Brualla, quien considera este tema como «muy conflictivo», está de acuerdo con el ex dirigente socialista en que «la regulación del consumo de drogas sólo puede hacerse desde una perspectiva global», pero reconoce que esta medida «es una solución totalmente utópica», al pretenderse hacer de manera internacional.

«Si se afrontara esta medida sólo por un Estado, o por un conjunto de ellos, lo único que se conseguiría sería crear un gueto de tráfico y consumo y de cuya negativa eficacia fueron buen ejemplo los países que toleraron la venta y el consumo», recuerda Brualla.

Por su parte, el Fiscal Jefe de la Audiencia Provincial, Rafael de Vega, alega el cumplimiento de la Ley con respecto al tema de las drogas. «Nosotros tenemos que perseguir lo que el Código Penal nos dice y hace poco que ha sido modificado sin que se ha haya tocado ningún elemento al respecto sobre este tema», indica, al tiempo que ve muy lejana la idea de la legalización de la droga.

A este respecto, Brualla, quien pertenece al colectivo Jueces por la Democracia y fue también miembro de la comisión de drogodependencia del Colegio de Abogados de Barcelona, afirma que en ambos foros «se ha visto que la represión penal no resuelve el problema de los drogadictos y el Estado es superado en sus medios por las organizaciones delincuentes, por lo que la represión tampoco se presenta frente a estos como una solución de los problemas», aunque reconoce, por otro lado, «la gran labor que realiza la Policía en la incautación de droga y detención de traficantes».

Desde el Centro de Rehabilitación de Alcohólicos, su director, Ignacio Enríquez, tampoco está de acuerdo con la solución de Felipe González. «No la comparto, porque con la legalización se vanalizaría el tema de que existen sustancias que deterioran al individuo, como ocurre con el alcohol. Y no sólo su imagen, sino también su dignidad como persona».

De la misma opinión es la directora de Proyecto Hombre Zamora, María León, quien considera que el nivel de adicción «provocaría muchos más problemas por la disponibilidad que habría» si se aprobara esta medida propuesta por el ex presidente del Gobierno.

Por último, Montse Apellániz, coordinadora del Centro de Atención al Drogodependiente en la capital, lamenta que «si se permite el consumo de las drogas en sociedad, en cierta medida estaríamos admitiendo que se trata de algo bueno».

«Recientemente se ha modificado el Código Penal sin tocar ningún aspecto sobre el tema»

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Fiscal Jefe de la Audiencia Provincial

«El Estado es superado en sus medios por las organizaciones delincuentes»

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Presidente de la Audiencia Provincial

«Si la accesibilidad social del alcohol transciende a otras sustancias, sabemos el resultado»

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Director del Centro de Rehabilitación de Alcohólicos

«El número de afectados sería mayor, porque cualquiera podría probar»

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Directora de Proyecto Hombre Zamora

«Permitir el consumo en la sociedad es como admitir que es bueno»

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Coordinadora del Centro de Atención al Drogodependiente