Comprar algo ayer, primer día de las rebajas de enero, exigía una gran dosis de paciencia. La mayor parte de los comercios de la capital, sobre todo determinadas franquicias de ropa, registraron largas colas de clientes tanto para acceder a los probadores como para pagar sus compras, con un tiempo de espera que incluso superó los tres cuartos de hora en algunos casos. De hecho, las hileras de compradores que esperaban su turno para pasar por caja llegaron a estar compuestas por cerca de 40 personas y ocupaban casi la totalidad de la superficie del interior de algunos establecimientos e incluso las dos plantas de algunos de ellos.

Lydia Blanco, Ángela Domínguez y Esher Ramos son tres de las personas que ayer hacían cola a media mañana en uno de las tiendas más concurridas. Tras cerca de una hora de espera para pagar enseñaban algunas de sus compras, entre las que se encontraban camisas, un par de cazadoras y chaquetas. Un "botín" en el que han invertido gran parte de los ahorros que habían guardado para la ocasión, según confiesan estas tres jóvenes zamoranas. De hecho no parecían ser las únicas en haber esperado al comienzo de las rebajas para realizar sus compras a juzgar por el colapso registrado en la mayor parte de establecimientos, en los que se podían encontrar carteles con descuentos iniciales del 50%, frente a la reducción gradual de precios aplicada en años anteriores.

Otro de los signos que demostraban el comienzo exitoso de las rebajas de invierno de este año era el elevado número de bolsas portado por cada cliente, con una compra media de cinco prendas. Este era el caso de Marta Fuertes, que ayer aprovechó las rebajas para adquirir tres pantalones y dos chaquetas. Además, destacó que en la compra de uno de estos artículos había conseguido un ahorro de 20 euros, por lo que se mostraba más que satisfecha.

Otras compradoras optaron por rentabilizar el tiempo y para ello aplicaron una estrategia de trabajo en equipo. «He venido con una amiga y mientras ellas sigue buscando cosas yo hago cola con lo que hemos decidido comprar para ganar tiempo», explica Elena García, una joven que en ese momento portaba un total de ocho prendas, entre las que se encontraba un pantalón que había comprado por diez euros.

No parecían disfrutar tanto del bullicio del primer día de las rebajas los acompañantes masculinos de algunas compradoras, resignados a pasar gran parte de la jornada de tienda en tienda. «Para comprar parece que nadie se acuerda de la crisis», reflexionaba Víctor Fernández, quien aseguraba abstenerse de comprar en rebajas «por no aguantar las colas». Otros clientes habían aprovechado las jornadas previas para fijar un objetivo. «Me he comprado una chaqueta que ya había visto y que hoy he venido a comprar», señaló Natalia Alijas. En todo caso, cada zamorano se gastará una media de 90 euros a lo largo de la campaña de rebajas, en la que se prevé un descenso de ventas cercano al 5%.